Es la temporada de los Beatles en Nueva York.
Seis días después de que Paul McCartney diera un concierto sorpresa en la estación terminal Grand Central, Ringo Starr tomó un camino más tradicional el jueves por la noche con un espectáculo de dos horas en el Radio City Music Hall. Miles de asistentes pasaron la mayor parte del tiempo parados vitoreando.
"¡Te amamos, Ringo!", gritó una persona entre el público, y Starr respondió con un saludo similar.
No era momento de lamentarse sobre la situación del mundo. El entrañable ex Beatle vistió de negro, pero sobre el escenario colgaban estrellas resplandecientes y símbolos de paz brillaban desde atrás. El mensaje de Starr ha sido por años de amor y paz, una feliz mirada al pasado a través de favoritas de los Beatles o en solitario como "Yellow Submarine" y "Photograph", o de las canciones con sus actuales músicos acompañantes.
Desde la década de 1980, ha hecho giras y fungido como maestro de ceremonias con un elenco cambiante de estrellas de rock de cierta edad al que llama su "All Starr Band". El jueves, compartió el escenario con Colin Hay de Men At Work, Gregg Rolie de Santana, Steve Lukather de Toto y Graham Gouldman de 10cc.
Los miembros de la audiencia abarcaban tres generaciones. Habrán acudido para estar ante la presencia de un Beatle, pero también rememoraron los primeros años de MTV con éxitos como "Down Under" de Men At Work y "Africa" de Toto, y aplaudieron los viejas clásicos de Santana "Black Magic Woman" y "Oye como va".
A sus 78 años, Starr parecía el menos desgastado de los artistas y el que menos ha cambiado. Se movió sobre la tarima con la ligereza de un hombre décadas más joven, su barítono intacto pese a años de cigarrillos.
Tras bromear al principio sobre sus dificultades para escribir, interpretó "Anthem", un himno de su autoría por "la paz y el amor", como dice la canción. Pero el espectáculo fue ascendiendo hasta llegar a su verdadera canción más emblemática: el homenaje a su lugar en el mundo "With a Little Help from My Friends", escrito por John Lennon y McCartney. No tuvo necesidad de presentarla, y apenas tuvo que cantarla. Solo sostuvo el micrófono hacia el público y todos lo acompañaron.
Nueva York / AP