Luego del 10 de enero, cuando una parte de la población venezolana esperaba un cambio de gobierno, se realizó la juramentación del presidente Nicolás Maduro para su tercer periodo.
Luego de este hecho, en Cumaná se ha mantenido la calma y la tranquilidad. Sin embargo, para algunos este escenario los ha llevado a la toma de decisiones drásticas.
Tal es el caso de Julio Barreto, padre familia, quien tenía esperanzas de que la “situación mejorara”, pero al ver que todo quedó igual tomó la decisión de iniciar trámites para irse del país.
“Aquí no se puede seguir viviendo, los sueldos no dan para mantener a una familia. Es una decisión difícil económica y emocionalmente, pero que más vamos a esperar”.
Una opinión similar expresó Ariana Mundaray, quien ya es profesional, pero no tiene hijos, por lo que decidió buscar “una mejor calidad de vida” fuera de nuestras fronteras.
“Mis padres no quieren que me quede y aunque es doloroso para todos, estando fuera los podré ayudar más económicamente, o por lo menos probaré a ver cómo me va”.
Dijo que esta propuesta estaba pensada mas no definida, pero en vista de que el panorama político no cambiará, los llevó a apresurar este plan para ella.
Hay quienes, no piensan igual, aunque esperaban un cambio político, creen que hay que reinventarse. “Obviamente los sueldos no alcanzan, por qué hay que buscar opciones para mejorar la economía, porque huir tampoco es la solución”, refirió Carlos Márquez, abogado.
Dijo que en su caso ha montado un pequeño emprendimiento con su familia para generar más ingresos. “Aquí hay que trabajar y no perder la esperanza de que juntos vamos a salir de esto”.
Y es que seguir trabajando con esperanza es el sentir de varios de los consultados. “Hay que continuar, no podemos darnos por vencidos, mientras tanto hay que trabajar, así se construye el país”, señaló Teodoro Ruiz, maestro.
Agregó que desde cada uno de los espacios se debe hacer su aporte y no desmayar, estar en la calle luchando si es necesario porque la esperanza no puede quitárselas nadie.
Por su parte, Hildemaro González, también maestro, dijo que está cansado de la situación. “Vivir cómodo se ha vuelto cada vez más difícil, los maestros somos los más abandonados, y no vemos luz en todo esto”.
Para él, la lucha es en la calle, porque de lo contrario todo seguirá igual y la calidad de vida no se recuperará en este país. “No es posible que ni comer bien se pueda. Lo que no es comida se ha vuelto un lujo para los venezolanos”.
Cumaná / GL – Corresponsalía