
La madrugada de este domingo se convirtió en un episodio de violencia y miedo en las Residencias Palaima, cuando un grupo de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana irrumpió en la zona atravesando las barricadas levantadas por jóvenes manifestantes. El resultado fue un intercambio de disparos que dejó dos heridos de bala y un vecino lesionado dentro de su propia vivienda, en un hecho que estremeció a la comunidad y que aún genera interrogantes sobre la actuación de los cuerpos de seguridad.
Los heridos fueron identificados como Rafael Navarro, de 23 años, quien recibió un impacto en el tórax, y Raúl Alvarado, de 19, estudiante de la Universidad Rafael Belloso Chacín, alcanzado por un proyectil en la mandíbula derecha. Ambos fueron trasladados al Hospital Clínico de Maracaibo, donde se confirmó que se encuentran estables. A ellos se sumó John Bermúdez, residente del sector, quien sufrió una herida leve en el abdomen producto del roce de una bala que entró por la ventana de su casa mientras dormía. El proyectil atravesó la habitación y cayó a escasos metros de la cuna donde descansaba un bebé, hecho que incrementó la sensación de vulnerabilidad entre los vecinos.
El gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, declaró que los funcionarios actuaron sin orden de ingresar al conjunto residencial y recordó que se había instruido mantener distancia respecto a las barricadas. “Nadie los mandó a entrar a ese sitio”, afirmó, al tiempo que pidió calma y diálogo para superar el clima de confrontación. También señaló que la investigación determinará cuántos efectivos participaron y si hubo otros cuerpos de seguridad involucrados.

Los testimonios de los habitantes reflejan el miedo vivido durante la madrugada. Vecinos del sector Palaima y de la urbanización La Trinidad aseguraron que los jóvenes fueron sorprendidos con disparos directos y que los funcionarios ingresaron disparando contra quienes se encontraban en el lugar. Andrés Antúnez, coordinador juvenil del partido político Primero Justicia y compañero de Rafael Navarro, relató que la represión fue mucho más allá de lo habitual: “Estábamos organizándonos para enfrentar lo que sería otro día difícil, cuando de repente los policías irrumpieron en los apartamentos de Residencias Palaima. Entraron disparando sin titubeos, y en medio de ese caos uno de mis compañeros terminó herido. La verdad es que el miedo nos invadió”
El episodio de Palaima se suma a la cadena de hechos violentos que han marcado las jornadas de protesta en Maracaibo y en otras ciudades del país. La madrugada de este domingo dejó no solo heridos, sino también un profundo temor en la comunidad, que vio cómo las balas atravesaron ventanas y habitaciones, transformando espacios privados en escenarios de riesgo. La investigación oficial deberá esclarecer responsabilidades, pero el recuerdo de esa noche ya se ha convertido en prueba fehaciente de un miedo colectivo que difícilmente se borrará.
Zulia / Sofía Neder


