El docente y ambientalista Pedro Salazar, fallecido el año pasado, fue recordado con un sentido homenaje en el pórtico del Ateneo Luis Mariano Rivera de Carúpano, en el estado Sucre.
En la actividad participaron familiares, amigos y cultores de la localidad, quienes rememoraron las enseñanzas que, desde lo sencillo, dejó a lo largo de su trayectoria Salazar, amante del cuidado del entorno y de sus habitantes.
Beatriz Farías, comisionada de Cultura y Turismo del ateneo, resaltó que "Pedrito", como todo el mundo lo conocía, estaba dedicado a la naturaleza y Carúpano, ciudad donde tenía un lugar especial en sus afectos. “Le gustaba el árbol de mamón porque siempre estaba verde. Igual con la cereza y la guayaba, porque decía que así los pajaritos siempre tenían comida y no se iban de la montaña”.
Como parte del homenaje se develó un mural dedicado a Salazar, en el frontal de la institución, que recuerda la vinculación del docente con el tema ecológico y su conservación.
Agradecidos
Alfredo Salazar, hijo de Pedro, agradeció el homenaje que fue organizado desde el ateneo, y señaló que mantener vivo su legado pasa por sembrar muchos árboles en la ciudad. “Hacer actividades de siembra cada vez que uno pueda y tenga la forma de hacerlo. Sembrar frutales, para conservar los animalitos, los pájaros, todo los que comen de las maticas”.
Recordó que cuando eran unos muchachos salían a jornadas de siembra en las avenidas con su papá y lamentablemente, los llamados “macheteros”, cuando pasaban cortando la maleza, igual podaban los arbolitos que sembraban.
Fue entonces cuando Pedro Salazar comenzó a colocar carteles como “que rico es tomarse un ron con ponsigué en diciembre”, “que rico es tomar jugo de ciruela cuando hay calor” y eso logró que no los cortarán y que hoy haya muchos árboles de frutas en las avenidas carupaneras.
Sucre / Corresponsalía Carúpano