Cuando de favores concedidos por la Virgen del Valle se trata, abundan las historias de fe, asombro y amor. Pero más allá de lo que parece imposible, hay anécdotas que ponen en disputa las emociones y erizan la piel.
Así de agridulce fue el momento que vivió Edith Isabell Rivero Rosal. Lo que parecía un viaje habitual se convirtió en una trágica odisea.
Un grupo de personas -muchos de ellos parientes- abordó una embarcación en Araya y, antes de llegar a su destino, un imprevisto cegó los planes. Varios miembros de la familia de la nativa de Cumaná murieron y su pequeño hijo, de 8 años, fue reportado como desaparecido.
Pasaron dos días antes de que el niño fuera hallado. Según su propio testimonio, una luz emanada por esas aguas caribeñas le ayudó a mantenerse a salvo hasta que lo rescataron.
“Una mujer muy linda con una luz bella lo ayudó a salir de lo profundo del mar”, precisó la madre con emoción.
Tras su proceso de recuperación, el menor vio una imagen de la virgen en el hospital y le dijo a su mamá “esa fue la señora que me ayudó a salir del mar”. Las citadas palabras fueron la evidencia de que la intercesión de la Virgen del Valle con su hijo, le permitió a “Chavela” ver de nuevo con vida al suyo.
Han pasado 14 años desde aquel suceso y la también conocida como “Virgen del mar” continúa siendo evidencia milagrosa de un testimonio de fe, vida y misericordia.
Cumaná / Oriana García Rivas
