La tradicional celebración de la Navidad no está completa sin el consabido regalo en el arbolito o el pesebre, y la expectativa de los más pequeños crece con cada hora que pasa, a la espera de lo que va a traer el Niño Jesús.
La crisis económica hizo que en años recientes la tradición de los juguetes se diluyera en función de las prioridades de cada hogar. Pero sí hay un renacimiento en la costumbre y se observan puestos en las calles y secciones de comercios dedicados a estos artículos.
En la capital del municipio Bermúdez del estado Sucre no faltan tarantines ni compradores en la búsqueda del regalo perfecto para los más pequeños.
En calle Juncal, Carmen Brito, quien montó su puesto al arrancar diciembre, dijo que sí ha logrado vender algo. El artículo más reclamado es el monopatín.
En Comercial El Líder, su encargado Cruz Lezama, contó una historia distinta, al señalar que las ventas no son como antes. La salida de productos, destacó, se vió afectada por la devaluación y el alza del dólar.
En un comercio asiático, su encargada, quien declinó identificarse, dijo que las ventas de jueguetes no han cubierto las expectativas en las cinco tiendas del centro de Carúpano.
En plena plaza céntrica de Carupano, Denis Capote, quien atendía su puesto de juguetes, dijo que esperan una mejora en la demanda entre viernes y sábado, cuando mucha gente se decidirá a cumplir los pedidos de las cartas al Niño Jesús.
Del otro lado, el de los compradores, literalmente hay de todo. Por ejemplo, la joven madre Carmen García, oriunda de El Pilar, quien recorría Carúpano con su hijo de tres años buscando ropa. "No alcanza para todo. Prefiero comprarle la ropa, si le compro juguetes no lo visto".
Jhonatan Marín, vecino de Guayacán de las Flores, al sur de Bermúdez, con toda la familia hacía compras navideñas y reconoció que los juguetes los compró antes para que no se complicara la cosa.
El joven, con dos hijos, dijo que se las ingeniaron para reunir el dinero y comprar a sus niños lo que pidieron.
Luis Rodríguez, de Río Caribe, dijo que compró un monopatín a su hijo y afirmó que los precios no estaban exagerados.
Bermúdez/ Cecilia Lárez
