Nuevamente, los pacientes renales de la zona Carúpano-Paria, en el estado Sucre, vuelven a estar en riesgo de muerte, ante las deficiencias del servicio de diálisis dependiente del Seguro Social y que reciben en el hospital Santos Aníbal Dominicci.
Nerkis Martínez, paciente de diálisis, denunció que se quemó otra máquina y ya hay tres dañadas, lo que ha generado que se reduzcan los lapsos de tratamiento semanal a cada paciente. En funcionamiento hay otras seis sillas para atender a 51 pacientes estables, y con una lista de espera larga.
La consecuencia es una desmejora sensible en la calidad de vida de los enfermos que actualmente se atienden en el servicio, su descompensación y deterioro, y que finalmente, les sobrevenga la muerte.
“Vamos a morir uno tras otro y lo que pedimos es auxilio”, dijo la paciente, quien detalló que ya han pasado por la situación en varias ocasiones.
Sólo están recibiendo hora y media o dos horas de diálisis, lo cual no es bueno para un paciente que está acostumbrado a dializarse tres o cuatro horas por cada sesión.
Explicó que aprovecharon y salieron a la calle, porque les queda un poco de fuerza, de aliento, porque va a llegar un momento en que no van a poder salir porque el sol y el calor los deshidratan y no pueden beber agua para compensar. “nadie puede vivir sin tomar una gota de agua”.
Los problemas, explicaron tres de las afectadas, se han ido acumulando, y por ejemplo, uno de los más graves es el déficit de enfermeras, sólo quedan dos a cargo del servicio, que no se dan abasto y las que se van, lo hacen porque no soportan la carga de trabajo, se enferman y piden que las reubiquen. “Necesitamos máquinas y enfermeras”.
Solcaris Fernández, explicó que la ayuda de estas profesionales de la salud es súper importante y necesaria porque son las que se encargan de adecuar todo el proceso para los tratamientos.
Agregó que cada día hay pacientes nuevos, algunos están en diálisis peritoneal y el servicio está colapsado. En total, especificó que hay 36 enfermos en hemodiálisis y 15 en peritoneal. “Es demasiado”.
A la situación, denunciaron, se suma el hecho de que los familiares de los pacientes nuevos, debido a la desesperación porque no hay donde colocarlos, han incurrido en agresiones y debido a este problema, el único médico nefrólogo del servicio amenaza con renunciar.
Oranny López precisó que tanto el personal como los pacientes están agotados por las amenazas y señaló con respecto a las horas de tratamiento que no se cumplen los esquemas y el resultado es que el paciente decae.
Se quejó de que no necesitan funcionarios del Seguro Social, a quienes aprecian y reconocen la labor, pero les urge personal de salud especializado que los atienda. “De verdad las personas del Seguro que están ahí no son aptas para eso. Lo que necesitamos son enfermeras”.
Sucre/ Corresponsalía Carúpano