
A comienzos de 2023, el fin de la llamada presidencia interina del diputado Juan Guaidó, había provocado un tsunami en la ya, para entonces, debilitada y fragmentada oposición. Las elecciones primarias, previstas a realizarse a mediados de aquel año, no sólo se veían amenazadas, sino que estaban a punto del naufragio.
A diferencia de lo ocurrido en 2019, cuando más de 50 países desconocieron la presidencia de Nicolás Maduro y apoyaron a Guaidó, más naciones comenzaron a abrirle sus puertas al gobierno chavista, mientras EE.UU. optaba por flexibilizar las sanciones petroleras. Pero lo que terminaría pasando este año no sólo habría sido imposible de prever, sino que marcaría un giro de 180 grados para muchos de los actores involucrados.
A punto de finalizar el 2025, la escalada de tensiones entre la Casa Blanca y Miraflores ha elevado la incertidumbre en la región ante la posibilidad de una intervención militar.
En medio de un nuevo escenario geopolítico, la figura de la dirigente de Vente Venezuela (VV), María Corina Machado, ha sido legitimada como la cara más representativa de la oposición. Lo que ocurrió desde comienzos de 2023 hasta el presente no sólo hizo posible que Machado alcanzara ese rango fuera y dentro del país, sino que le permitió sumar credenciales para que se le adjudicara el Premio Nobel de la Paz 2025, galardón que se entregó el 10 de diciembre de 2025 en Oslo, Noruega.
2023: Primarias y un nuevo liderazgo
Tras sortear distintas dificultades, la Comisión Nacional de Primaria opositora, presidida por el abogado Jesús María Casal, logró finalmente que los comicios internos para escoger al abanderado presidencial unitario se realizaran el 22 de octubre de 2023.
10 aspirantes permanecieron en la recta final de la campaña y Machado se encontraba entre los que más se movilizaron por el territorio nacional: la dirigente, había ido ganado favoritismo de manera sostenida en las encuestas. El principal problema era la inhabilitación política que pesaba sobre ella.
A pesar de eso, la consulta del 22 de octubre significó un punto de inflexión en el devenir político. Los ciudadanos se mostraron dispuestos a sortear, desde las amenazas y acciones disuasivas de sectores gubernamentales hasta la distribución atípica de puntos de sufragio -distintos a los habituales centros de votación asignados por el Consejo Nacional Electoral (CNE)-, entre ellos, casas de familias o residencias habilitadas para la ocasión.
El proceso estuvo marcado por largas colas de votantes, incluso en zonas populares.
El respaldo a Machado quedó patente tras alcanzar 92,35 % de los votos al final de la jornada -alrededor de dos millones 440 mil electores dentro y fuera del país. Dentro de la oposición, surgió así un liderazgo que volvía a cohesionar a distintas voces opositoras y cuya fuerza dejó en pausa las aspiraciones de otros actores de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), encabezada por PJ, VP y AD.
Luego de las primarias, el siguiente escollo sería cómo sortear la inhabilitación que pesaba sobre Machado.

En busca del candidato unitario
Durante los primeros meses de 2024, las detenciones de personas vinculadas a Vente Venezuela por parte de cuerpos de seguridad del Estado se multiplicaron, mientras se intensificaba el cerco institucional para impedir a Machado concretar la aspiración de inscribir su candidatura -o cualquier otra que contara con su aval.
El 26 de enero, el TSJ se pronunció ratificando la inhabilitación de la líder opositora. Ello llevó a que el 22 de marzo, Machado moviera sus piezas en el tablero, nombrando a Corina Yoris, una docente universitaria jubilada de 80 años, como su sustituta. Sin embargo, el CNE no permitió a la PUD hacer la postulación.
Frente al bloqueo, lo único que aceptó el organismo comicial fue la inscripción con la tarjeta de la MUD de Edmundo González Urrutia, un diplomático de 74 años, con escasa figuración pública. Se trataba de un candidato tipo “comodín”, que podía ser sustituido posteriormente por otro abanderado.
Quien sí logró inscribir su candidatura a última hora fue el para entonces gobernador del Zulia y dirigente de Un Nuevo Tiempo (UNT), Manuel Rosales. Este finalmente dio un paso atrás el sábado 20 de abril de 2024, y renunció a su postulación. González Urrutia pasó a ser el abanderado oficial de la Unidad para las presidenciales.
Sorteando obstáculos
Aunque inicialmente se esperaba que la campaña para las presidenciales fuera una carrera corta, en la que los competidores tendrían que aprovechar al máximo cada uno de los 22 días programados oficialmente por el CNE -desde el 4 al 25 de julio-, lo cierto es que los actos de calle, caminatas y concentraciones se adelantaron de forma atípica, convirtiendo el lapso de promoción de los aspirantes en un verdadero maratón de resistencia.
El pistoletazo de salida lo marcó la escogencia González el 19 de abril. A partir de allí, tanto el Gobierno como la oposición se apresuraron en poner en funcionamiento sus respectivas maquinarias electorales.
Sin embargo, distintas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) registraron no sólo desequilibrios institucionales, sino un conjunto de irregularidades que buscaban favorecer al oficialismo y frenar o impedir las actividades de la oposición mayoritaria representada por González y Machado: Más de 80 medidas judiciales, electorales y sancionatorias fueron ejecutadas para obstaculizar.
Según un reporte de la organización Laboratorio de Paz, en el contexto preelectoral de esta primera fase, se registraron más de 46 detenciones por razones políticas, muchas de ellas marcadas por desapariciones forzadas. Por lo menos 20 de los detenidos pertenecían al movimiento Vente Venezuela. En la lista también aparecían personas que simplemente prestaron servicios para las movilizaciones opositoras que se dieron en el país.
Durante la precampaña -que se extendió desde el 20 de abril hasta el 3 de julio y llevó a Machado a visitar 16 estados-, la dirigente opositora y su equipo fueron objeto de trabas promovidas desde el Gobierno o por militantes del chavismo: cierre de vías (al menos siete bloqueos de vías de comunicación en la precampaña, según el Laboratorio de Paz); cierre, por parte del Seniat de locales que prestaron servicios a la dirigente y su equipo (hoteles, restaurantes); sanciones o decomisos a quienes proporcionaron medios de transporte, altavoces y tarimas; cortes de luz y impedimentos para acceder al suministro de combustible; amenazas y agresiones personales.
El CNE además de adelantar la fecha de las presidenciales para el 28 de julio, apuró cambios en el cronograma e invalidó 15 tarjetas. En total, 37 partidos fueron autorizados por el órgano rector, la mayoría controlados o avalados por el oficialismo. Poco antes de que iniciara el proceso de acreditación, se publicó una resolución en Gaceta Electoral de fecha 20 de junio-, en la que se establecía que los testigos de mesa solo podrían cumplir su labor de vigilancia en los centros donde votaran, modificando así el artículo 447 del Reglamento General de la Ley de Procesos Electorales, algo que fue denunciado como ilegal.

En la carretera
En este contexto, Machado insistió en presionar y hacerse visible en los recorridos a través del país. De acuerdo con los reportes sobre los distintos actos dados a conocer a través de la página www.ventevenezuela.org y de las cuentas en la red X @ConVzlaComando y @MariaCorinaYA, entre otras, hasta el 3 de junio de 2024, la oposición participó en 39 grandes concentraciones en las 16 entidades visitadas. Se hicieron paradas, contactos o mítines breves en 94 pueblos y localidades. En total fueron más de 150 actividades de calle y concentraciones de precampaña.
Las dificultades y restricciones estaban a la orden del día. En un viaje hacia Apure (22 de mayo) se registraron varios incidentes: el primero de ellos fue el cierre por parte de Seniat del restaurante Pancho Grill, en Corozo Pando, estado Guárico, un local ubicado en la ruta, donde el equipo de la dirigente de VV se detuvo a comprar desayunos. El puente María Nieves que comunica Puerto Miranda (Guárico) con San Fernando, fue cerrado por efectivos de seguridad para impedir el paso de la caravana opositora, por lo que la dirigente y su equipo tuvieron que cruzar el Río Apure en pequeñas embarcaciones.
Machado viajó a Nueva Esparta (12 y 13 de junio) de forma sorpresiva. Al llegar, cerca de Santa Ana del Norte, seguidores del Gobierno atravesaron una gandola en la carretera para impedir el paso de la dirigente, pero los mismos habitantes de la zona se encargaron de empujar el vehículo de carga y despejar el camino.
Para la campaña oficial, la coalición opositora desplegó una agenda de 10 actividades, con visitas a seis estados, llamada “La Gran Caravana con Venezuela”, que finalizó en Caracas.
En paralelo, la líder de VV trabajaba para que en cada una de las más de 30 mil mesas de votación habilitadas, se contara con un testigo que permitiera obtener las actas de votación y certificar la veracidad de los sufragios.
Adicionalmente, la presencia de los llamados Comanditos -red de organización en calles y barrios con miles de voluntarios-, darían apoyo a la labor de vigilancia y lograr que cada voto a favor González Urrutia fuera contado. Esta estrategia sería la punta de lanza que permitiría certificar, con pruebas, lo que ocurriría en las presidenciales.


Recabando actas
El 28 de julio, día de la elección, las colas frente a los centros de votación se formaron desde la mañana. La nutrida afluencia se mantuvo hasta el inicio de la tarde. Ya entrada la noche, los testigos de los partidos de oposición comenzaron a enviar copias de las actas de votación emitidas por miles de máquinas de sufragio en los centros habilitados. En el Comando Con Venezuela, estas eran inspeccionadas, se totalizaban, escaneaban, digitalizaban y se cargaban en un portal web.
Oficialmente, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, informó que el candidato a la reelección por el Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro, había logrado 6 millones 408 mil 844 de los votos (51,95%), mientras, el abanderado de la MUD, Edmundo González, habría obtenido 5 millones 326 mil 104 sufragios (43,18 %). Las cifras del organismo comicial discrepaban de los resultados que arrojaban las copias de las actas en poder de la PUD.
La divulgación de más de 80 % de las actas -24 mil 532- emitidas por las mesas electorales de todo el país, daba como ganador a González Urrutia, con 67,09% de los sufragios (7,3 millones de votos), por encima de Maduro, que habría obtenido 30% de los sufragios (3,3 millones).
Posteriormente, organismos nacionales e internacionales apuntaron que los códigos QR y registros alfanuméricos de las actas presentadas demostrarían su veracidad
Represión y detenciones
El 29 de julio, tras el anuncio de los resultados oficiales por parte del CNE, centenares de ciudadanos se lanzaron a la calle a manifestar. En Caracas, las acciones de reclamo se iniciaron en zonas populares como Catia y Petare, así como La Vega, El Cementerio, Caricuao, El Valle y San Martín. Desde las barriadas petareñas de La Bombilla, El Obelisco, El Morro, Maca y San Blas, personas se unieron en una movilización que llegó a la avenida Francisco de Miranda. Ante la posibilidad de que los manifestantes siguieran avanzando hacia el centro de la capital, rumbo a la sede del CNE, se inició un despliegue de efectivos de seguridad, que detuvieron el paso de la protesta y se desataron los enfrentamientos.
Las protestas se replicaron en muchas zonas del país, e incluyeron el derribo o quema de estatuas del fallecido mandatario Hugo Chávez en los estados Falcón, La Guaira, Carabobo, Los Teques y Guárico, así como destrucción de propaganda electoral alusiva al presidente Maduro.
Según un informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos sobre Venezuela de las Naciones Unidas, presentado el 20 de septiembre, durante las protestas poselectorales se contabilizaron 25 fallecidos.
Luego de que el jefe de Estado denunciara “un intento de golpe contra la institucionalidad democrática”, comenzó una ola de detenciones, que con los días alcanzó -según distintas ONG y el propio Gobierno-, entre 1 mil 400 y más de 2 mil 229 personas, incluyendo 158 adolescentes entre 14 y 17 años. Posteriormente, se inició el traslado de los detenidos a los penales de Tocorón, en Aragua, Tocuyito, en Carabobo y Yare III en Miranda, mientras otros permanecían en comandos policiales y de la Guardia Nacional.
Familiares y organizaciones de defensa de derechos humanos comenzaron a documentar con los meses casos de tratos crueles, aislamiento e incomunicación de los presos.
En noviembre, la Fiscalía General comenzó un proceso de excarcelaciones, que se detuvo en marzo de este año.
Oposición mermada: prisión y exilio
La dirigencia opositora que había impulsado la candidatura de González Urrutia también fue menguando en presencia y actividad pública a lo largo de un año. Una de las razones fue la detención selectiva de voceros de partidos como Vente Venezuela, Voluntad Popular y el ala no judicializada de Primero Justicia, entre otros.
Entre el 28-J y mediados de octubre, VV contabilizó un total de 154 políticos presos -pertenecientes a 19 organizaciones. Solo la tolda liderada por María Corina Machado sumaba 41 activistas privados de libertad. El número fue engrosando con los meses.
El exilio de dirigentes o el pase a la clandestinidad fue otra de las consecuencias del 28-J. El 7 de septiembre el Gobierno anunció la entrega de salvoconductos y la salida del país, rumbo a España, de González Urrutia, tras haberse refugiado en las embajadas de esta nación europea y, previamente, en la de los Países Bajos, en Caracas.
Mientras, Machado intentó mantener las movilizaciones de calle, luego de los comicios, pero estas se fueron tornando cada vez más exiguas, por el temor de sus seguidores a una nueva ola de represión y detenciones.
El 3 de agosto hizo su primer acto en la avenida principal de Las Mercedes al Este de Caracas. Posteriormente, el 18 de agosto convocó a una concentración en la avenida Francisco de Miranda que se replicó en varias ciudades del país y del mundo, aunque sin la convocatoria esperada y en medio de un despliegue de más de 6 mil efectivos de seguridad en toda Caracas. A un mes de la consulta, el 28 de agosto, llamó a participar en un tercer acto, también desde la entrada del Centro Lido.
La última aparición pública de Machado fue el 9 de enero de 2025, tras cuatro meses sin participar en una acto, y un día antes de la toma de posesión de Maduro. Luego de una actividad convocada en el municipio Chacao, la dirigente fue interceptada por supuestos organismos de seguridad del Estado, que la retuvieron y luego la liberaron.
Desde entonces su presencia se ha limitado a mensajes en las redes en los cuales ha reiterado su compromiso a “seguir luchando” y “lograr un cambio” para el país. Y aunque la ruta transitada en los últimos tres años ha sido intrincada, la llegada del Nobel de la Paz, parece marcar el inicio de una nueva fase para la dirigente opositora.

Caracas / Rodolfo Baptista


