La ONU, en noviembre de 2018, declaró el 4 de enero día mundial del Braille (sistema de lecto-escritura usado por personas ciegas, baja visión y sordas-ciegas), en homenaje a Luis Braille, creador del método, quién nació un 04/01/1809, en Francia, y perdió la vista a los 3 años por un accidente con una pulla en la carpintería de su padre.
En Venezuela, uno de los masificadores del sistema, y quien tal vez lo trajo al país, fue el pedagogo de origen griego Mevorah Florentín. Él llegó a Caracas en 1930 y se estableció en el centro de la ciudad con un comercio que al poco tiempo serviría para instruir a las personas ciegas con el sistema Braille, las clases eran gratuitas.
Luego vino la creación del instituto nacional del ciego en 1936 y otras instituciones educativas que junto a las asociaciones de personas ciegas han masificado el método de lecto-escritura Braille.
A 115 años del nacimiento de Luis Braille, creador del sistema de lecto-escritura que lleva su apellido, el mundo celebra la invención del genio francés que nos ha permitido alcanzar la luz del conocimiento a las personas ciegas o sorda-ciegas en todo el planeta, mejorando nuestra calidad de vida en niveles inimaginados un siglo atrás.
En Venezuela no es fácil acceder al aprendizaje del método Braille, por diversos motivos: la falta de escuelas para niños ciegos o centros de aprendizajes integrales de deficientes visuales (CAIDV), sedes de rehabilitación funcional en todo el territorio nacional.
Además, las regletas y punzones para escribir Braille son importados, lo que dificulta aún más el acceso al material. El papel Bonn 36 que empleamos para escribir con el método Braille, es escaso.
Otro problema grave es la triste actitud de algunas personas con discapacidad visual, no ciegas por lo general, que promueven el desuso del sistema de lecto-escritura que sigue dando luces a las personas ciegas y sordas-ciegas en el mundo.¿Qué hacer para mejorar el acceso al Braille en Venezuela y con él la calidad de vida de las personas ciegas?
El Estado debe convocar a una cruzada nacional por la educación inclusiva con la participación de las universidades, empresas públicas y privadas, personas con discapacidad (no solos los llamados movimientos de este complejo sector), medios de comunicación y todos los profesionales que tenemos algo que aportar para mejorar exponencialmente el acceso a la educación de calidad de las personas ciegas, baja visión y sordas-ciegas que necesitamos del Braille.
Y dejar de lado la educación integradora que es excluyente y discriminadora, sustituyéndola por la educación inclusiva, que permite un mejor desarrollo de la interacción social estudiantil.
Asimismo, la Asamblea Nacional (AN), debe culminar de aprobar la reforma de la Ley Orgánica para las personas con discapacidad y la elaboración de su reglamento y leyes especiales, lo que sin duda ayudará mucho por las mejoras que trae la reforma de la Ley.
Quien suscribe este artículo, participó en pandemia en las mesas de trabajo online y entregó a la ilustre cámara de diputadas y diputados varias propuestas que fueron incluidas en el papel de trabajo. Lo que tristemente hoy nos preguntamos es ¿qué a pasado con la aprobación de la reforma de la Ley orgánica para las personas con discapacidad? ¿Por qué la AN no la termina de aprobar?
Finalmente, vale acotar que Venezuela es firmante de la convención internacional de los derechos de las personas con discapacidad, que en su artículo 2 establece el sistema Braille como un medio de comunicación para las personas con discapacidad visual; lo que de acuerdo con el artículo 23 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es ley nacional de obligatorio cumplimiento para las autoridades civiles y militares.
Además, nuestra carta magna en su artículo 81 reconoce el derecho de las personas ciegas al uso del Braille para comunicarse. En la medida que el país en conjunto construya y garantice un sistema educativo incluyente tendremos una mejor nación accesible para todos.
Lara / El Impulso