Llegar al profesionalismo en una disciplina deportiva es la aspiración de todo niño, niña o joven que la ponga en práctica. Tal es el caso de Yoscarlet Rodríguez, una talentosa portocruzana de 15 años de edad que desde muy pequeña trabaja para llegar a ser futbolista profesional.
Oriunda de Pozuelos, Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui, la adolescente inició a la edad de siete su formación en la escuela Patón González, y tras haber pasado por diferentes oncenas de la zona, a los 14 fue firmada por la Academia Integral de Fútbol Femenino (Adiffem) de Caracas, que le dio la oportunidad de viajar a España para ser parte de Real Oviedo.
“Mi meta era llegar a la Adiffem, siempre quise estar ahí, porque es una de las mejores organizaciones femeninas del país, y como el equipo tiene vínculos con Real Oviedo, me dieron la oportunidad de ir a Europa y hacer pruebas. Disputé partidos amistosos con el club de segunda división”, declaró la atleta en una entrevista para El Tiempo.
Rodríguez, quien se destaca en la posición de extremo izquierdo y también juega como mediapunta, como cualquier otro u otra menor comenzó a tener conexión con la pelota jugando en las calles de su natal Pozuelos, donde en encuentros habituales con sus amigos y amigas se les fue descubiertas sus capacidades como futbolista.
“Mi papá, uno de mis principales apoyos, vio que tenía talento siendo apenas una niña y me llevó a mi primera escuela. En esa etapa yo jugaba hasta descalza porque el amor por el fútbol comenzaba”, aseguró la chica que actualmente está con su familia en la ciudad anzoatiguense.
Tras estar en la escuela que la vio dar sus primeros pasos, recibió el llamado de Dynamo Puerto FC, que decidió ficharla y de allí, donde ganó múltiples torneos de la categoría siendo un baluarte ofensivo que la ha llevado a ser goleadora, fue contactada para integrar un cuadro de fútbol sala.
Yoscarlet, estando en La Guaira para la Liga Futve Sala con 14 años, percibió una importante información. “No pude jugar ese campeonato nacional debido a que era menor de edad y la idea era que viviera la experiencia, pero allá me llegó la noticia de que la Adiffem me quería contratar y así es como logré el objetivo de ir a España tras un evento en 2021 en el que fui elegida”.
Esta seguidora de Real Madrid y quien tiene como inspiración al portugués Cristiano Ronaldo, fue seleccionada en 2020 en un Campamento Pan de Empresas Polar a los 10 años. Sin embargo, no alcanzó a trasladarse para hacer las pruebas en España, ya que iniciaba la pandemia.
A pesar de eso, jamás se rindió, y con el empuje de sus padres y otros familiares, además de profesores como Jorge “Patón” González y José Rivero, siguió formándose y jugando lo que le apasiona, siendo también parte, como única niña, de los equipos Hermanos Páez y Recreativo, ambos de la entidad.
En ese mismo ciclo de formación, disputó competiciones categoría libre, contando con 13 años. Su padre cuenta que está acostumbrada a jugar con mayores y eso le ha ayudado a adiestrarse mejor.
“Ella ha practicado con versiones masculinas y de ahí ha nacido su talento. Es una jugadora rápida, habilidosa, que se esfuerza para todo, lo cual le hecho estar con la selección de Anzoátegui sub 14 y ha recibido invitación a try out de La Vinotinto”, comentó su progenitor Yonell Rodríguez.
Yoscarlet Del Valle Rodríguez López regresó al país el pasado mes de septiembre para jugar con la Adiffem la Liga de Desarrollo Conmebol Evolution. En esa organización se espera que cumpla los 16 años para que alcance el objetivo de debutar como profesional.
Sueña con volver a España, pero antes regresará a Caracas la primera semana de enero del venidero 2023 para cumplirle al club capitalino que ha confiado en ella y por el cual está centrada en aportarle en las canchas.
“Actualmente me mantengo en entrenamientos en el terreno del Polideportivo La Caraqueña de Puerto La Cruz para volver en óptimas condiciones. Prontamente, si Dios quiere, deseo llegar a los mejores clubes del mundo y así ayudar a mi familia económicamente, quiero ser su orgullo”, puntualizó la joven.
Puerto La Cruz / Paúl Álvarez
