Conocido durante un par de décadas por el número 2 que portaba con Yanquis de Nueva York, Derek Jeter quedará atado ahora al uno. Ése es el número de votos que le faltó al célebre excapitán de Nueva York para llegar al Salón de la Fama con un apoyo unánime.
Pero llegó, y se convertirá en miembro del recinto que constituye el máximo honor en el béisbol, lo mismo que Larry Walker, tras anunciarse los resultados el martes.
En el aire quedó una pregunta: ¿Quién fue el único votante que no consideró que Jeter merecía ir al salón de los inmortales?
“Bueno, yo prefiero mirar todos los votos que sí obtuve”, desestimó Jeter. “Tratar de conseguir que mucha gente se ponga de acuerdo en algo es bastante difícil. Así que esto no es algo que ocupe mi mente”.
El emblemático pelotero de los mulos apareció en 396 de las 397 papeletas depositadas por la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica (BBWAA, por sus siglas en inglés), quedándose a una del logro alcanzado por su compañero en Nueva York, Mariano Rivera.
El panameño Rivera se convirtió el año pasado en la primera selección unánime al recinto de Cooperstown en la historia.
Con el 99,7% de las menciones, Jeter rebasó a Ken Griffey Jr., quien obtuvo el 99,3% y era el segundo pelotero más votado de la historia después de Rivera.
“Me quedé sin habla cuando recibí la llamada”, aseguró Jeter. “Sinceramente, yo estaba bastante nervioso, y cuando lo logré, no supe en realidad qué decir”.
Identidad desconocida
Se desconocía de inmediato cuál fue el votante que no eligió a Jeter, quien aparecía en las 219 papeletas que se hicieron públicas antes del anuncio. La BBWAA revelará el 4 de febrero boletas adicionales de los votantes que así lo deseen.
“No me gusta dar nada por seguro, para no provocar mala suerte”, aseveró Jeter. “Nadie da por un hecho que va a ir al Salón de la Fama”.
Walker logró la distinción al acumular 304 papeletas, seis por encima del 75% que requería, en su décima y última aparición dentro de la papeleta de la BBWAA. El año pasado, había recibido el 54,6% de los votos.
Horas antes, en un tuit, Walker no pareció muy confiado.
“Creo que me voy a quedar un poco corto hoy”, escribió.
Y cuando se acercaba el momento del anuncio, perdió incluso toda esperanza.
“Sabía una hora aproximada en la que iban a llamar, y esa hora había pasado”, indicó. “Dos minutos después, fue cuando llegó efectivamente la llamada”.
¿Cuál fue su reacción? Profirió una palabra soez, luego dijo: “¡Oh, Dios!” y contestó el teléfono. Era el secretario-tesorero de la BBWAA, Jack O’Connell.
“No te quedaste corto este año. Rebasaste el margen de 75%. Bienvenido al Salón de la Fama”, dijo O’Connell, citado por Walker.
El lanzador Curt Schilling fue tercero con 278 votos, el 70%, en su octava aparición. La cifra se quedó por encima del 60,9% observado el año anterior, pero todavía 20 votos por debajo del mínimo requerido.
Dos peloteros cuya carrera quedó manchada por los señalamientos de consumo de esteroides obtuvieron más votos en este año que en el anterior. Roger Clemens recibió el 61%, en vez del 59,5%, mientras que Barry Bonds se quedó en 60,7%, en lugar de 59,1%.
Exaltación
El 26 de julio, Jeter y Walker serán exaltados formalmente al museo de Cooperstown, junto con el receptor Ted Simmons y el exlíder del sindicato de peloteros Marvin Miller. Esos dos últimos candidatos fueron elegidos el mes pasado, por parte del Comité de la Era Moderna del Salón de la Fama.
Jeter, cinco veces monarca de la Serie Mundial, se transformó en el rostro más reconocido del béisbol, al brillar en el mercado más mediático del país de 1995 a 2014. Fue nombrado el Novato del Año en la Liga Americana en 1996, cuando Yanquis conquistó el Clásico de Otoño, que se les había negado desde 1978.
Luego, condujo a Nueva York a tres cetros consecutivos, de 1998 a 2000. Ningún equipo había logrado semejante proeza desde Atléticos de Oakland, que se coronó de 1972 al 74.
Yanquis reconstruido ganó su 27ma Serie Mundial en 2009.
La carrera de Jeter está más definida por momentos especiales que por números.
La forma en que se hizo de la pelota a guante volteado y en territorio de foul para retirar con un tiro a Jeremy Giambi, de Oakland, en la serie divisional de 2001. Su jonrón de “Mr. Noviembre” en el décimo inning que resolvió el cuarto juego de la Serie Mundial de 2001. La forma en que cayó de cara en el graderío luego de capturar un globo de foul de Trot Nixon, en el duodécimo inning de un duelo ante Medias Rojas de Boston en 2004.
También está su jonrón por todo el jardín izquierdo para llegar a 3.000 hits como parte de un encuentro de 2011, en que bateó de 5-5. Un sencillo que definió su último encuentro como local en 2014, en la novena entrada. Otro hit en su último turno al bate, tres días después, para elevar a .310 su promedio de por vida.
Una luminaria
Fue elegido 14 veces al Juego de Estrellas y conquistó el Guante de Oro en cinco ocasiones.
Es el noveno pelotero que llegará al Salón de la Fama tras haber jugado sólo para Yanquis. Se unirá a Lou Gehrig (1939), Bill Dickey (1954), Joe DiMaggio (1955), Earle Combs (1970), Whitey Ford y Mickey Mantle (1974), Phil Rizzutto (1994) y Rivera.
Walker bateó para .313 con 383 jonrones, 1.311 impulsadas y 230 robos por Expos de Montreal (1989-94), Rockies de Colorado (1995-2004) y Cardenales de San Luis (2004-2005). Obtuvo siete veces el Guante de Oro y participó en cinco ocasiones del Juego de Estrellas.
Lideró las mayores en promedio de bateo en 1998, 1999 y 2001.
Nueva York / Ronald Blum / AP