Con mucha precaución. Así deben transitar los choferes que bajan el puente Razetti en la avenida Argimiro Gabaldón, antigua Vía Alterna, para evitar caer en los dos agujeros que se encuentran allí.
Se trata de dos alcantarillas que no tienen tapa, lo que obligan a los conductores a levantarse de sus puestos para determinar a qué distancia deben pasar. Algunas unidades de transporte público tienen que subir la acera del lado derecho para no caer en ellas.
José Luis Carreño, un trabajador que frecuenta la zona para tomar un autobús hacia su casa, señaló que desde hace aproximadamente dos años observa dichos huecos en la vía.
Relató que en una ocasión ayudó a desatascar un vehículo con ayuda de otros tres ciudadanos.
Aseguró que esto representa una trampa para los choferes que no frecuentan esa ruta, pues además de estar expuestos a accidentes corren el riesgo de ser víctimas de la delincuencia, en caso de vararse allí.
El conductor José Cueche comentó que el tramo es peligroso para todos los que pasan por allí, no sólo porque pueden quedar atrapados en uno de los agujeros, sino porque también pueden ocurrir accidentes viales.
Ramas de árboles avisan a los conductores que allí están las bocas de visita de las alcantarillas, que no tienen tapa.
Desborde de aguas
Otro problema que se evidencia en las adyacencias del puente es el desborde de aguas que se encuentra a escasos metros. Esto, aunado al deterioro de la vialidad, sólo permite el paso de un vehículo a la vez y causa molestias a los usuarios de la línea 3 del Bus de Transito Rápido (BTR), pues obstaculiza la parada.
Milena Pérez / Barcelona
