"En casa del pobre dura poco la alegría". Ese es el refrán que usó Julio Ramón Maita para referirse a la situación que está afectando a los habitantes de Mapiricurito, quienes están sin agua desde hace seis meses, luego de haber contado con el servicio por un breve lapso.
Maita relató que en esa comunidad indígena, perteneciente al municipio Freites, pasaron siete años "secos" y luego de reportar la situación a través del diario El Tiempo -en marzo de este año - una comisión de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) acudió un mes después y resolvió el problema. "Lo malo fue que en mayo se echó a perder la bomba del pozo otra vez y volvimos a quedar sin agua", expresó.
El septuagenario dijo que la falta de agua los afecta a todos, pero especialmente a los niños que acuden a la escuela. "Ya viene el verano y en esos meses todo es peor por la sequía", indicó.
Resaltó que en la zona rural es muy difícil tener acceso al agua porque hay que recorrer largas distancias para abastecerse. "Tenemos que ir a Sombrerito a buscar agua. Eso queda a cuatro kilómetros más o menos y tenemos que traerla en carretillas. No es fácil", acotó.
En nombre de la comunidad pidió a la alcaldesa de Freites, Dalinda Materán; al gobernador de Anzoátegui, Luis Marcano, y al personal de la estatal petrolera, que resuelvan el problema en el menor tiempo posible.
Cantaura / Danela Luces