Después que el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de gobierno, sufrió su mayor derrota en mucho tiempo en las elecciones de gobernadores y alcaldes, acusaciones de pugnas políticas y de denuncias de corrupción, sus principales líderes los minimizaron y pidieron unidad a sus militantes.
En una concentración de centenares de militantes del MAS, el presidente Luis Arce y Evo Morales ensalzaron la victoria en las elecciones presidenciales del año pasado, pero minimizaron que se quedaron con tres gobernaciones de las nueve tras los recientes comicios subnacionales.
De las 10 alcaldías más grandes el partido gobernante sólo se hizo de dos en tanto que la oposición ganó en ocho, incluidas las de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, que son las tres más grandes.
Morales tras conocerse los resultados había anunciado ajustes en su partido, sin embargo; en su discurso expresó que su agrupación política continúa siendo una de las “más fuertes del país”.
“Nos han intentado mostrar como si la derecha hubiera ganado, el pueblo es el que ha ganado.... Como nunca tenemos más concejales, más asambleístas, administrando más alcaldías para el pueblo boliviano”, agregó Arce.
En el evento, ambas autoridades no se refirieron al caso de soborno al ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Edwin Characayo, que reflotó un problema de tráfico de tierras en el oriente boliviano.
Characayo fue destituido y enviado a una cárcel preventivamente por cinco meses. Su defensa aseguraron que le tendieron una trampa por pugnas políticas en el partido de gobierno.
“Hay intereses extranjeros y nacionales que no quieren que vivamos en paz”, dijo Arce. Mientas que el dirigente del MAS, Rimer Agreda, aseguró que su fuerza política se halla unida pese a los resultados y que ahora se enfocarán en la defensa del gobierno de Arce.
La Paz / AP
