La que ha sido calificada como la jornada de represión más sangrienta del Perú desde que estalló la crisis política, el 7 de diciembre, derivó en una despedida de las 18 víctimas mortales concentradas en Juliaca, Puno, con nuevas concentraciones registradas este 10 de enero, informaron EFE y Unión Radio.
La ciudad, ubicada a más de 1.200 kilómetros al sureste de la capital, Lima, y en las inmediaciones del lago Titicaca, en la frontera con Bolivia, fue foco de uno de los eventos de protesta más intensos de los vistos hasta este 10 de enero, luego de que miles de peruanos han estado saliendo a las calles para en rechazo a la detención del presidente Pedro Castillo.
En esa zona murieron varias personas y eso obligó a que se decretara un Toque de Queda por parte del Estado, algo que generó desconfianza en la población peruana que sigue padeciendo una crisis de ingobernabilidad desde que Pedro Castillo salió del poder.
Lima / Redacción Web