Unas 30 familias que viven en la comunidad rural de Santa Lucía, en el municipio Freites, se sienten abandonadas. Allí no hay agua desde hace seis años y los niños viajan "en cola" hasta Campo Mata para asistir a clases.
El ama de casa María Freites aprovecha que está de paso por Cantaura para exponer nuevamente la situación que reportó hace mes y medio, con la esperanza de que las autoridades municipales respondan al clamor de los habitantes del caserío.
"Desde que se dañó el pozo completo nadie ha hecho nada por arreglarlo. Con lo poco que rasguñamos por ahí compramos agua a algunos cisternas que van desde aquí de Cantaura. Un tambor de agua lo venden en 30 y hasta en 50 bolívares", dijo.
La mujer aseveró que han acudido a la alcaldesa Dalinda Materán, "pero ella nunca ha estado por allá".
Agregó que las peticiones hechas ante la alcaldía no han tenido respuesta. "La muchacha encargada del consejo comunal, Georgina Arcia, dejó una carta en Servicios Públicos, pero eso quedó en veremos, quedó estancado", relató.
Freites también se refirió a la falta de transporte que afecta a los niños que asisten a la escuela Fe y Alegría ubicada en Campo Mata. "Tienen que viajar en cola porque no tienen transporte. En el colegio hay uno, pero es sólo para los profesores. Y son más de 20 niños porque también vienen de la comunidad de Barbonero y Araibel. Los muchachos tienen desde seis añitos hasta quince", expresó.
En la comunidad de Santa Lucía, sus habitantes piden que alguna autoridad los escuche y resuelva los problemas que afectan su calidad de vida.
Cantaura / Danela Luces