Las mujeres enfrentan retos a lo largo de su vida por la desigualdad de género que persiste en Venezuela y la región. El tener que dedicarse a las labores de cuidado o no tener los mismos beneficios económicos en una empresa, como sí pueden tenerlos los hombres, causa una problemática en la relación que ellas tienen con el dinero.
Cada 8 de marzo desde el año 1911 se conmemora el “Día de la Mujer”, para reconocer la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.
A más de 110 años tras comenzar con esa conmemoración, aunque en gran parte del mundo las mujeres tienen acceso al trabajo y son recompensadas por ello, siguen estando por debajo de los hombres en cuanto a beneficios laborales y están en una constante desigualdad en el trabajo doméstico, además de sufrir, en muchas ocasiones, de situaciones de violencia en sus hogares.
Para abordar la relación de las mujeres con el dinero se abrió un espacio de conversación impulsado por la plataforma “Encuentros Feministas”, el pasado jueves, 27 de febrero, en el cual participaron expertas en diferentes ámbitos relacionados con las mujeres en el mundo laboral, violencia basada en género y derechos humanos.
El Banco Mundial elabora un informe titulado “La Mujer, la Empresa y el Derecho” desde hace 15 años. En él, se miden las barreras legales que limitan la participación laboral de las mujeres en diversos países del mundo.
Este informe evalúa tres aspectos: los marcos legales, que son las leyes y regulaciones establecidas por los gobiernos, los marcos de apoyo que garantizan el acceso a esa justicia y la opinión de expertos sobre cómo convergen los dos marcos anteriores. Se evalúan 10 indicadores que se sintetizan en resultados en aspectos como seguridad, movilidad, trabajo, remuneración, matrimonio, parentalidad, cuidado infantil, empresariado, activos y jubilación.
En el caso de Venezuela, según el informe “La Mujer, la Empresa y el Derecho” de 2024, el país tiene una puntuación de 70 sobre 100 en cuanto a los marcos legales. Esto, según explicó Fabiola Saavedra-Caballero, participante del informe, está por encima de los promedios globales y de la región.
Ahora, en cuanto a los marcos de apoyo que existen para hacer cumplir esas leyes que benefician a las mujeres laboralmente, según señaló Saavedra-Caballero, Venezuela está 24,2 puntos por debajo de la media de la región y la media global. Esto quiere decir que existen las leyes, pero no las redes de apoyo necesarias para que se cumplan.
Por ejemplo, en cuanto a la movilidad, Venezuela tiene una puntuación de 100 con respecto al marco legal, pero 66,7 puntos en el renglón de marcos de apoyo para hacer cumplir esas políticas para las mujeres. Saavedra-Caballero reflexionó sobre este punto: “Las mujeres tienen solo dos tercios de los derechos reconocidos para los hombres. El 40% de los mecanismos de soporte de estas leyes son implementados en la práctica. Una brecha entre las leyes escritas y hacer que se cumplan”.
Alejandra Padilla, consultora en Promujer, una ONG que apoya a mujeres para que alcancen su máximo potencial, ha trabajado durante muchos años como consultora en temas de igualdad laboral. Padilla considera que hoy por hoy todavía “los tabuladores salariales nunca son transparentes”.
Para la especialista, quien también es licenciada en ciencia política y administración pública, las mujeres están acostumbradas a que les ofrezcan una cifra neta, pero no saben cuánto ganan sus otras colegas mujeres ni tampoco los hombres. “Nunca sabemos dónde estamos paradas en el tabulador”, explicó.
Aunque reconoce que en Latinoamérica ya se publican vacantes, nunca se señala cuál es el sueldo. Así pues, las mujeres llegan a una entrevista y en lugar de ofrecerles un salario, les preguntan cuánto quieren ganar.
“¿Cómo sabes cuánto vale tu trabajo si no tienes contra qué compararte? No sé cuánto paga el mercado laboral. Las mujeres negociamos por debajo que los hombres, no porque no sepamos negociar, sino porque si negociamos de manera agresiva puede ir en nuestra contra. Se pueden generar brechas salariales porque a un hombre se le puede ofrecer más”, apuntó.
Ana Ibarra, economista, egresada de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), puso sobre la mesa otra problemática que enfrentan las mujeres y es su dedicación al trabajo no remunerado, el cual “es una dimensión invisibilizada dentro de la economía, a pesar de la importancia de las labores de cuidado”.
La especialista explicó que existe una desigualdad de género en la distribución de trabajo no remunerado entre hombres y mujeres, indicando que “las mujeres cuidan el doble de tiempo o más que los hombres”.
También, Ibarra señaló que las mujeres no solo participan más dentro del trabajo no remunerado, sino que también dedican más tiempo a ello que los hombres. En el caso de Venezuela, añadió, las mujeres dedican más tiempo de trabajo extendido que los hombres.
Según la encuesta Uso del Tiempo 2023, elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo Departamento de Países del Grupo Andino Sector Social, las mujeres dedican 6 horas y 18 minutos diarios a este tipo de trabajo, mientras los hombres dedican 3 horas y 36 minutos.
De acuerdo con este estudio, el valor económico agregado del trabajo doméstico equivale a USD 12 535 millones anuales o 12,9% del PIB estimado del 2023, de los cuales se estima que el 71,8% es el valor de la producción doméstica de las mujeres. Esto implica que el trabajo doméstico representa un sector no petrolero con una gran contribución al PIB en Venezuela, aunque aún sigue siendo minimizado y subestimado.