A cinco kilómetros de la meta en la marcha, el mejor atleta venezolano de la modalidad Richard Vargas se sintió desfallecer y terminó a poco más de tres minutos del ganador en los Juegos Panamericanos.
“Mis piernas no respondieron”, lamentó Vargas, de 24 años.
¿Gajes de una prueba de 20 kilómetros, desgastante por naturaleza? Puede ser. ¿Reflejo de alguna deficiencia en su preparación, en medio de la crisis económica que golpea a su país?
Vargas prefiere no hacer esas conjeturas, si bien reconoce que la situación no es la idónea.
“Es un poco difícil el tema en mi país”, afirmó Vargas "A pesar de ello, nosotros estamos acostumbrados a sobrepasar obstáculos, en familia, con nuestro equipo de trabajo; lo importante era llegar en las mejores condiciones”.
Otros, desde el anonimato, sí se animan a explicar la forma en que su desempeño deportivo ha debido sobreponerse a la situación en Venezuela, donde cuestiones tan elementales como las vitaminas para complementar la nutrición o implementos como unas simples zapatillas o gafas para la natación resultan difíciles o incluso imposibles de conseguir.
La crisis ha tocado fuerte también a los deportistas, en un país que otrora podía destinar grandes recursos derivados de las riquezas petroleras a sus representaciones atléticas.
Los Juegos Panamericanos están en su segunda y última semana, y la delegación venezolana ha logrado sumar apenas 12 medallas — tres de oro, tres de plata y seis de bronce — una cosecha que de momento se queda muy corta en relación con sus aspiraciones de los dirigentes, que apuntaban a 50 preseas, incluidas diez del metal dorado.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro dijo antes de las justas que dispuso de un monto millonario para ayudar a la preparación y la participación de los atletas en los Panamericanos, pero refirió que las sanciones económicas impuestas por el presidente estadounidense Donald Trump a su administración complicaron ese respaldo debido al congelamiento de los fondos.
Recién el lunes, en medio de un recrudecimiento de las tensiones entre Washington y Caracas, Trump congeló todos los activos del gobierno venezolano, con el que prohibió además que los estadounidenses hicieran negocios.
Algunos deportistas en Lima consideraron escaso el apoyo que les han dado las autoridades del deporte para su nutrición y preparación.
Antes de competir, una venezolana lamentó que su beca mensual represente menos de cinco dólares al mes.
“En realidad está duro como todos saben. No podemos tener una dieta como tal, no tenemos las proteínas, carnes; tienes que comer lo que tengas en tu casa, más que todo arroz y granos, y eso ha afectado mucho”, sostuvo una atleta en condición de anonimato.
Desarrollo afectado
La economía del país petrolero se ha hundido gradualmente con una hiperinflación descomunal y la carencia de productos básicos. Las sanciones estadounidenses para arrinconar a Maduro y a sus allegados han complicado más la situación por la falta de divisas y los problemas para importar productos.
La puja de poder se ha prolongado a medida que la nación se hunde más en las carencias, generando una migración regional sin precedentes. Y todo esto, según los deportistas y dirigentes, les pasa factura también a ellos.
“En todos los aspectos nos afecta. Para nadie es un secreto que el deporte a nivel mundial es ciencia. La ciencia aplicada al entrenamiento, a la nutrición, a la tecnología deportiva que son factores que inciden en muchos casos dentro del resultado, y al tenerla tan difícil, incluso hasta para adquirir una bicicleta, se nos está haciendo cuesta arriba”, dijo Eddy Reinoso, miembro del personal de la delegación de Venezuela.
Dijo que tan sólo contar con anteojos para la natación o cloro a fin de desinfectar las piscinas para la práctica sana de ese deporte, que ha dado oros panamericanos al país, son misiones desafiantes en Venezuela.
Jailuis Archila, entrenador de clavados de Venezuela, coincide que si bien no son ningún secreto los problemas por los que atraviesa su país, “se han hecho esfuerzos para darle el mayor apoyo posible a todos los atletas”.
A la hora de competir, los venezolanos buscan olvidarse de los pesares. El veterano pedalista de pista Hersony Canelón dijo que pese a que cada vez se hace más difícil este deporte en su país por la falta de implementos y piezas para las bicicletas, buscaba un oro esquivo en el keirin panamericano.
Al final consiguió la plata en el velódromo en Lima el fin de semana. “No se dio ese bendito oro, pero me voy contento porque a pesar de los problemas, se llega al podio”, manifestó.
El lunes, Venezuela vivió un momento especial e inédito en la esgrima: su veterano medallista de oro olímpico Rubén Limardo ganó la presea dorada --la cuarta de ese metal en la historia de las justas-- al derrotar nada menos que a su hermano menor Jesús en la espada individual, en un deporte considerado caro.
A diferencia de otros atletas, los Limardo han logrado triunfar por el respaldo familiar, del gobierno socialista y de una preparación en Europa. Rubén es afín al chavismo y su familia tiene una fundación para promover el deporte.
En el caso de los clavadistas, viajaron a Guadalajara para entrenarse con los mexicanos, lo que les permitió a los miembros del equipo tener una mejor asistencia médica y alimenticia, según Archila.
“Con toda la adversidad estamos representando al país”, señaló. “De lo que uno tenga hay que agarrar y hay que salir adelante y solucionar. Uno no se puede quedar cruzado de brazos, esperar que me llegue, hay que buscar la forma, y eso es lo que hemos hecho los entrenadores ahora con nuestros atletas en Venezuela”.
Hace algunos años, esos problemas no pasaban por la mente de los venezolanos y los éxitos deportivos eran más frecuentes.
En Santo Domingo 2003, Venezuela coronó su mejor actuación en la historia de estas justas al sumar 16 oros, quedando sexta del medallero.
“Ahora está cuesta arriba mantener el nivel deportivo de nuestros atletas, pese a que todos nuestros muchachos han demostrado esfuerzo y empeño”, destacó Reinoso. “Sabemos que sólo con el corazón no se gana, más en el deporte de alta competencia. Necesitas tener más que corazón y coraje para ganar una medalla”.