Los habitantes de la isla de Margarita, al parecer, nuevamente están enfrentando racionamiento en el servicio eléctrico, con un plan de administración de carga, no anunciado, que oscila entre 4 y 5 horas. Desde ayer, vecinos de diversos sectores y municipios han reportado cortes de electricidad que ocurren hasta dos veces al día, lo que afecta el desarrollo normal de sus actividades.
"La luz se fue a las 8:00 de la mañana y llegó después, en la tarde. Mi esposo se fue a dar clases sin almorzar, ya que la cocina es eléctrica. No hay ninguna información oficial de La Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), pero la gente dice que los cortes son de cinco horas", dijo Esther Gutiérrez, residente de Genovés, en Porlamar.
Extraoficialmente, se conoció que la isla está recibiendo energía únicamente a través del cable submarino, mientras se resuelven los problemas con el suministro de gas a las dos plantas termoeléctricas de la región: Luisa Cáceres de Arismendi y Juan Bautista Arismendi. Aparentemente, esta falla está relacionada con la explosión del Complejo Operativo de Punta de Mata en el estado Monagas, ocurrido la mañana del lunes 11 de noviembre.
Muchos comercios se han visto obligados a adquirir plantas eléctricas para evitar la paralización de sus negocios durante los apagones, los cuales se han vuelto cada vez más frecuentes en el estado insular. Sin embargo, estas plantas funcionan con gasolina, lo que representa un gasto adicional y dificulta su adquisición.
"Nosotros tenemos planta hace cuatro años, nos blindamos en ese aspecto. Pero hoy en la mañana te dañó y tuvimos que cerrar. Mandamos a los empleados a sus casas, porque no sabemos cuándo vuelve y es que no hay un cronograma de Corpoelec para saber si será un corte prolongado o no", dijo Juan González, dueño de una panadería en Pampatar.
En la mayoría de los hogares, los residentes no cuentan con este tipo de "ayuda" debido a los altos costos de las plantas eléctricas. Muchos han optado por comprar bombillos y ventiladores recargables para estar preparados ante los cortes. En cuanto a la comida, los vecinos esperan que el plan de racionamiento no se extienda para evitar que se estropee lo que tienen en sus neveras.
Nueva Esparta / Mario Guillén Montero