El Papa Francisco formó una alianza inusual con el agnóstico fundador italiano del movimiento Slow Food, al tiempo que redobló los llamados para proteger el medio ambiente del desarrollo impulsado por las ganancias que, según él, daña más a los más pobres del mundo.
Francisco recibió el sábado a Carlo Petrini en el Vaticano y se reunió con los participantes de una asociación que el exactivista comunista ayudó a formar para poner en práctica los llamamientos del Papa a la sostenibilidad ecológica y la solidaridad. La asociación lleva el nombre de la encíclica ambiental de Francisco de 2015, “Laudato Sii” (Alabado sea).
La audiencia, así como las recientes lecciones de catecismo semanales de Francisco que relacionan el cornavirus con cuestiones de justicia social, parecen estar orientadas a crear conciencia sobre la interconexión de las personas, el planeta y la pandemia antes de la próxima encíclica de Francisco sobre un mundo posterior al COVID-19.
Durante la audiencia, el pontífice dijo que la pandemia había demostrado claramente que "la salud de la humanidad no puede separarse de la del medio ambiente en el que vive".
El Papa denunció el desperdicio de alimentos en los países ricos y exigió que los líderes políticos aborden el cambio climático, advirtiendo que el tiempo se acaba y las generaciones futuras juzgarán su inacción.
“Necesitamos la voluntad para enfrentar las causas de los cambios climáticos desde su raíz”, dijo. “Los compromisos genéricos - palabras, palabras - no son suficientes y no pueden ser simplemente respuestas al consenso inmediato o a los votantes o intereses comerciales. Tenemos que mirar más allá, de lo contrario, la historia no nos perdonará ”.
Petrini publicó esta semana un libro de entrevistas realizadas durante los últimos tres años. El libro, "TerraFutura" ("FutureEarth"), cubre una serie de cuestiones ambientales, desde la selva tropical del Amazonas y la migración a los alimentos y la evolución del Papa para llegar a comprender la amenaza ambiental para el planeta.
En la introducción del libro, Petrini reconoce la peculiaridad de su asociación, que dijo que comenzó en 2013 y se profundizó desde entonces.
“Somos dos personas con pasados diferentes, aunque nos reconocimos rápidamente en nosotros mismos”, escribió. “Un agnóstico y un Papa, un excomunista y un católico, un italiano y un argentino, un gastrónomo y un teólogo”.
Petrini lanzó el movimiento Slow Food en 1986 después de una protesta en Roma en el sitio de la Plaza de España de un McDonald's propuesto. El movimiento se ha convertido en una asociación internacional que busca defender las tradiciones culinarias regionales mientras promueve la buena comida y su conexión con el medio ambiente y la cultura.
Las ganancias del libro se utilizarán para renovar un edificio en la ciudad central italiana de Amatrice, que se espera sea la sede de la Comunidad Laudato Sii de Petrini y para albergar eventos educativos y de capacitación. Un terremoto de 2016 devastó Amatrice.
Roma / AP
