El papa Francisco lamentó la situación de los miles de inmigrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá, y reclamó «una respuesta humanitaria» para «evitar esta trágica realidad».
«Deseo recordar a los miles de inmigrantes que intentan atravesar la selva entre Colombia y Panamá. Se trata a menudo de familias con niños que se aventuran a recorridos peligrosos engañados por quienes falsamente les prometen una vía breve y segura, maltratados y robados», dijo tras rezar el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico el papa, en el día de su 87 cumpleaños.
Y agregó: «No pueden perder la vida en esa selva. Hace falta el esfuerzo conjunto de los países más directamente interesados y de la comunidad internacional para evitar que esta trágica realidad sea silenciada y ofrecer una respuesta humanitaria».
El Tapón del Darién, una región selvática que separa la América del sur de la central y por donde han cruzado más de 500 mil migrantes este año, se ha convertido en una de las rutas más transitadas del continente y a la vez más peligrosas.
En ella los migrantes, además de tener que cruzar una selva llena de peligros naturales, están expuestos a la violencia debido a la presencia de redes de tráfico de personas que practican la extorsión y el secuestro.
Las nacionalidades más habituales entre quienes cruzan esta ruta son venezolanos, haitianos y ecuatorianos.
Ciudad del Vaticano / EFE