Desahuciado en la Premier League, superviviente en la Copa de Inglaterra, el Chelsea se llevó otro bofetón de realidad en las semifinales de la Copa de la Liga tras caer 1-0 ante el Middlesbrough, que desnudó algunas de las carencias de los hombres de Mauricio Pochettino y se acercó a la final que se disputará en Wembley el próximo 25 de febrero.
Un tanto de Hackney bastó al ‘Boro’ para adelantarse en la eliminatoria. La timorata defensa del Chelsea y la falta de acierto en los últimos metros de Palmer, el más insistente del conjunto londinense, dejaron sin premio a un equipo cuyo éxito en el presente curso pende de un hilo.
Sin opciones en la Liga y sin participación esta temporada en competición europea, el equipo de Mauricio Pochettino vive enfocado en hacer algo grande en la Copa de Inglaterra y en la Copa de la Liga. En la primera competición, hace apenas unas jornadas, selló su pase a los dieciseisavos de final tras superar al Preston. Su siguiente reto, encarrilar el pase a la final de la Copa de la Liga, acabó fracasando en un escenario complicado como el del Riverside Stadium.
El Middlesbrough, ubicado en la Championship (segunda categoría de Inglaterra), inició su camino hacia una final que no disputa desde el curso 2003/04. Aquella temporada ganó el título al Bolton Wanderers, el único que ha conseguido en toda su historia aparte de otros menores como los campeonatos de divisiones inferiores (League One, y Norther Division One) o copas como la Anglo Escocesa o la Kirin.
Pochettino, con el gran número de jugadores que tiene en su enfermería (hasta doce con nombres como Cucurella, Chilwell, Fofana, Robert Sánchez o Chalobah), ha decidido confiar en una pequeña guardia pretoriana que forma la base del once en cualquier competición que acompaña con otros jugadores fijos a los que va dando descanso. Petrovic, Gusto, Disasi, Colwill, Caicedo y Palmer no descansan. Ni en Liga ni en ninguna de las dos Copas. Y Enzo Fernández, Mudryk, Broja, Gallagher, Silva o Madueke, se van turnando.
Con esos mimbres, el Chelsea no pudo evitar la salida impetuosa al partido del ‘Boro’, que lamentó la falta de VAR en la competición. A las primeras de cambio, una caída dentro del área que provocó la salida por lesión de Latte Lath, pudo cambiar el destino del partido. El delantero del Middlesbrough fue barrido por Disasi, pero sin imágenes, un claro penalti quedó en nada.
El Chelsea se salvó del 1-0 y contestó con un zapatazo de Palmer que despejó Glover. Uno y otro chocaron varias veces en el acto inicial, siempre con un buen desenlace para el portero del Middlesbrough. Y es que, Palmer y Madueke eran los únicos con algo de imaginación y aparentes ganas para intentar desnivelar la balanza del lado de de sus compañeros.
El resto, hacía aguas. Eran meros espectadores de los intentos de ambos. Y, sobre todo en defensa, el agujero del Chelsea fue tremendo. El Middlesbrough no dejó pasar las carencias de su rival y aprovechó las bajas prestaciones de una zaga timorata. En uno de esos errores, un balón a la espalda de Colwill sirvió a Jones para alcanzar la línea de fondo, desde donde puso la pelota al corazón del área. Por allí apareció Hackney, que abrió el marcador con un certero zurdazo que inició la caída del Chelsea.
El público del Riverside Stadium se volvió loco con el tanto de un jugador formado en la casa. Olía la sangre. Se divertía con la derrota del pez gordo, aunque Palmer insistió e insistió hasta el agotamiento para lograr el empate. Hasta en tres ocasiones lo rozó. En dos, pudo marcar con errores del Middlesbrough. Primero, con una mala entrega de Howson que dejó a Palmer solo ante Glover: mandó la pelota fuera; después, a Glover se le escapó una pelota de las manos y Palmer envió el balón por encima de la portería cuando tenía todo para marcar; y en la tercera, Glover sacó su segunda mano a un zurdazo, como no, de Palmer.
El paso por vestuarios no bajó el ritmo. Siguió infernal. A muchas revoluciones. Sin embargo, no hubo tantos acercamientos. El frenazo de ocasiones fue casi total. El ‘Boro’ intimidó al contragolpe, pero no culminó. El Chelsea se enredó al borde del área de Glover. La rodeó como un equipo de balonmano sin acercarse al empate y al final el 1-0 no se movió del marcador. El Middlesbrough dio un paso de gigante hacia un título deseado. La vuelta, en dos semanas, decidirá el nombre del equipo que estará el 25 de febrero en Wembley.
Londres / EFE