Un centro de detención de Georgia, en donde mujeres afirman que fueron sometidas a procedimientos médicos no solicitados, y una cárcel de Massachusetts donde hubo denuncias de condiciones inhumanas, ya no se usarán para detener a inmigrantes, informó este jueves el gobierno del presidente Joe Biden.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por siglas en inglés) anunció que cancelará sus contratos con la agencia pública local que administra el centro de detención en North Dartmouth, Massachusetts, y con la empresa privada que opera el Centro de Detención del condado Irwin, en Georgia.
Cualquier individuo que Estados Unidos considere que debe permanecer detenido será trasladado a otra instalación, informó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, cuando anunció la medida, que había sido solicitada por los defensores de inmigrantes.
“Permítanme exponer un principio fundacional”, dijo Mayorkas, “No toleraremos el maltrato de individuos detenidos por delitos civiles de inmigración ni condiciones de detención deficientes”.
Añadió que dejar de usar las instalaciones es parte de una campaña para impulsar “mejoras duraderas” en un sistema de detención que, según afirman desde hace mucho los defensores de inmigrantes, retiene durante demasiado tiempo y en condiciones inadecuadas a personas por delitos civiles de inmigración.
Washington / AP