Dormir poco tiene no sólo graves implicaciones para la salud, sino que además altera el funcionamiento de los genes y reduce la esperanza de vida.
Así advirtieron varios investigadores especializados en los trastornos del sueño que participaron, en Madrid, en un simposio sobre esta patología, organizado por la Fundación Ramón Areces y el Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS).
En una rueda de prensa, el responsable científico del encuentro y director del ISS, Diego García Borreguero, explicó que el estudio de este trastorno comenzó en la década de 1970, “hasta entonces no se pensaba que el sueño fuera un estado con circunstancias tan especiales”.
Cada vez hay más estudios que advierten de la importancia del descanso y, sobre todo, de las graves consecuencias que tiene sobre la salud. “Los trastornos del sueño son un factor de riesgo que provocan todo tipo de dolencias desde la obesidad mórbida, pasando por la diabetes, las enfermedades neurológicas o las inmunológicas, entre otras”, afirmó el experto.
La prevalencia de los trastornos del sueño es muy elevada en los países occidentales y además, “los nuevos hábitos de vida de la sociedad moderna están reduciendo los tiempos de descanso de las personas y, hoy por hoy, el déficit de ‘sueño crónico’ afecta a un porcentaje muy elevado de la población sana”, advirtió García-Borreguero.
Tiempo en la cama
En la misma línea, el investigador Paul Franken, del Centro de Genómica Integral de la Universidad de Lausana (Suiza), dijo que es esencial descubrir por qué es tan importante descansar correctamente y determinar qué factores están involucrados y por qué varía tanto entre individuos: “Algunos funcionan perfectamente con cuatro horas de sueño y otros necesitan más de las ocho regulares”.
Para Franken, la necesidad de pasar un tercio de la vida durmiendo tiene una base biológica y que el descanso sea correcto o no, tiene graves consecuencias sobre nuestros genes.
Según estudios presentados por Franken, dormir la mitad de lo necesario puede alterar hasta el 80% del transcriptoma, (el conjunto de genes que se están expresando en un momento dado en una célula), lo que demuestra que “los efectos de un sueño insuficiente en nuestro sistema genético son mucho mayores de lo que sabíamos hasta ahora”.
Dennis Rosen, investigador de la Harvard Medical School y pediatra del Hospital de Boston, advirtió sobre la importancia de reconocer y tratar los trastornos del sueño en los niños y adolescentes porque “cada vez hay más evidencias de que la falta de sueño tiene consecuencias que se arrastran hasta la vida adulta”.
Madrid / Agencias