Los dirigentes sindicales del estado Anzoátegui continúan su jornada de protestas, con el fin de exigir mejores salarios. Por tal motivo, este jueves se concentraron en la plaza Miranda de Barcelona, a las 9 de la mañana, donde realizaron un cacerolazo.
Según expresaron los manifestantes, el anuncio del pasado 1 de mayo, con motivo del Día del Trabajador, no satisface las necesidades de la clase obrera, pues los 40 dólares de cesta ticket y los $30 de bono de guerra anunciado por el gobierno nacional, no son -a su juicio- una solución.
“No dio salario, lo que dio fue un bono. Y lo que alcanza es para comprar un hueso pelado. Hoy demostraremos al gobernador que se equivocaron. No pueden seguir sometiendo al pueblo al hambre. El hambre está sometiendo al pueblo”, dijo Édgar Pérez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Anzoátegui (Stea).
Por su parte, José “Cheo” Hurtado, presidente del sindicato Unión Regional de Empleados Públicos del estado Anzoátegui (Urepanz), calificó como una humillación que el salario base se mantenga en 130 bolívares. También rechazó que los nuevos montos en dólares no tengan incidencia alguna en los beneficios laborales.
“Aquí no hay plata, no hay dinero. Esos 130 bolívares serán los que calcularán de bono vacacional. Los aguinaldos lo van a querer pagar en tres partes, y con eso se van a calcular las prestaciones sociales. ¡Ya basta de humillación, ya basta de deprecio!”, exclamó.
Hurtado reiteró que desde la Federación de Trabajadores del estado Anzoátegui (Fetranzoátegui), donde funge como secretario general encargado, han conformado el comité de conflicto para seguir manifestando su descontento a esta “aberración”.
Las medidas salariales también afectan a los jubilados, de acuerdo con lo dicho por Pedro Luis Rodríguez, miembro del Sindicato Venezolano de Maestros en la entidad (Sinvema), quien señaló que seguirán en las calles demandando mejores ingresos.
“No es bono, es salario lo que estamos pidiendo”, recalcó Flores, tras aprovechar de hacer un llamado a la ministra de Educación, Yelitze Santaella, para que se discuta el contrato colectivo del magisterio.
Barcelona / Carlos Morales