El crecimiento de las colas de vehículos que se ha registrado en las últimas semanas en las estaciones de servicio (E/S) que expenden gasolina a precio subsidiado, en Barcelona, ha llevado a la mayoría de los conductores a retomar la modalidad de madrugar para poder llenar los tanques.
Y es que aunque desde septiembre se reportan aglomeraciones, supuestamente, por la poca cantidad de concesionarios que han quedado habilitados, debido a que gran la mayoría ha pasado a expender al valor internacional, desde la segunda semana de diciembre se elevó el tiempo de espera, sin que hasta ahora existan claros motivos para eso.
“Antes duraba menos de una hora para colocar gasolina y ahora te tienes que venir como cuando estábamos en cuarentena, de madrugada para asegurar. Yo me vine a las 5:00 am con mi esposo porque es un peligro hacer la cola sola tan temprano, y calculo que salga como a las 12:00 pm. Hoy ha estado más lento el proceso, la cola se mueve cada media hora”, expresó la jubilada Carmen de López, desde la avenida Guzmán Lander, por donde en horas de la mañana se extendía la fila hacia la E/S Francisca, en la entrada de Tronconal.
Mientras que en la E/S La Salida, ubicada en la autopista José Antonio Anzoátegui, la cola de más de 100 vehículos cruzaba hacia el aeropuerto y según los conductores suele doblar en ocasiones hacia la parte trasera de la urbanización Villas Olímpicas.
La E/S Neverí fue la única de las cuatro bombas que trabajan subsidiadas en la ciudad capital, que tenía menos carros durante el recorrido que realizó el equipo de El Tiempo. Sin embargo, la fila se acercaba al semáforo del puente Boyacá.
“Di varias vueltas hasta que llegué aquí, porque me pareció más corta. Llegué a las 9:30 am y he avanzado rápido. El promedio de espera son dos o tres horas, así como va, pero he durado hasta cinco horas para poder surtir”, comentó el comerciante Gustavo Medina.
Ante el tiempo que deben invertir los conductores en cola para hacer uso del cupo de 120 litros de gasolina subsidiada, la mayoría coincidió que han empezado a tomar algunas medidas que les permitan rendir las recargas.
Muchos sacan sus vehículos para cosas estrictamente necesarias, optando por caminar, cuando la distancia se los permite.
Mientras que otras personas, como el carpintero Jesús Medina, aplican el evitar darles la cola a terceras personas y cuando manejan, lo hacen a velocidad mínima para que no consuma mucha gasolina.
Barcelona / Elisa Gómez
