Como si se tratase de un día normal, la mayoría de los comercios de Barcelona subieron las santamarías este lunes de Carnaval, a fin de ofrecer su variedad de mercancía y servicios. Sin embargo, por ser feriado, redujeron el horario hasta horas del mediodía.
Al ritmo del calipso y la samba, los trabajadores de la mayoría de las tiendas de ropa, calzado, alimentos, textiles, y hasta farmacias trataban de captar la atención de las personas que transitaban por el bulevar 5 de Julio y calles aledañas.
Según el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Wael Raad, el gremio trata de regresar a la normalidad, tras las dificultades presentadas desde 2020 por la pandemia.
“Siempre en los días festivos algunos comerciantes cerraban, pero este año trabajamos hasta el mediodía. Mientras un local está abierto, tiene más posibilidades de vender y esto, por supuesto, permite que haya más ingresos. Los comerciantes han demostrado que se preparan para cualquier día festivo y tratan de reponer inventario de su propio capital para complacer al cliente”, expresó.
Afluencia
Pese a que la mayoría de los establecimientos trabajaron, la afluencia de ciudadanos en el centro barcelonés no se comparó a la de un día normal, pues disminuyó.
Muchos de los que visitaron los locales, buscaban productos de primera necesidad como alimentos y medicinas.
“Vivimos del día a día y por eso casi que todos los días salgo a comprar algo de comida. En esta oportunidad, me gustó que no había mucha gente en la calle, me imagino que están en sus casas, en la playa o saldrán en la tarde al desfile de comparsas”, manifestó el ama de casa Rosa Marín.
Barcelona / Elisa Gómez