Hoy, no sabemos si se celebra, se conmemora o nos entristece que sea el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Debería ser para todos un día que nos llene de orgullo porque cuando existe Libertad, en el más amplio sentido, todos vivimos en paz. Solo los déspotas deploran las libertades porque con ellas podemos señalarlos ante el mundo y denunciar sus delitos.
En Venezuela la Libertad de Prensa es un eslogan. Solo un cliché pintado en alguna pared que se abarrota de sueños de quienes conocemos el valor de esa libertad. En este país los periodista siempre hemos encontrado obstáculos para ejercer nuestro trabajo, pero ahora, desde hace veinte años, no son obstáculos y ni siquiera barreras. Es un impedimento totalitario y absolutista para que NO podamos transmitir a los ciudadanos el acontecer del país. Desde luego, eso tiene un objetivo: que se oculte el sol de la verdad y esparcir la oscuridad en todo sentido.
En Venezuela los periodistas no pertenecemos a ese mundo que celebra hoy la Libertad de Prensa. Sin embargo, los periodistas venezolanos, aun perseguidos, aun acosados, aun encarcelados, aun asesinados e impedidos en todas las formas de realizar nuestra labor de informar, aun así, lo hacemos. Ya no quedan medios impresos. Todos los ha devorado la insaciable sed totalitaria. Ya quedan menos de la mitad de las emisoras y deben acceder a dictámenes de la jauría opresora. Y ahora pretenden censurar las redes y controlar a las ONG. Es decir, cada día se apaga un poco más lo muy poco que resta de Libertad.
Por estas razones, y muchas otras, mientras nos quede aliento lucharemos. Y ese impulso proviene de todos los ciudadanos que deben exigir ser informados. Hagamos todos un coro estruendoso para exigir: ¡Libertad de Expresión, Libertad de Prensa Libertad total!.
Caracas / Redacción Web
