Los vecinos del sector I de Barrio Sucre, en Barcelona, están preocupados por el desbordamiento de las cloacas, lo cual se agravó desde hace dos semanas, principalmente a la altura del comando de campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). A la alcantarilla allí ubicada tuvieron que retirarle la tapa este martes, a fin de que drenara mejor, pues el líquido putrefacto comenzó a salir hasta por los grifos y pocetas.
Luis Noriega, vocero de servicios públicos de esta comunidad, explicó que son cuatro años los que llevan con un colector caído y que en todo este tiempo no han visto soluciones a pesar de la infinidad de denuncias presentadas ante la Alcaldía del municipio Bolívar y la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe).
“En ocasiones mandan un vactor, disminuye el agua y a las horas vuelve el colapso. Las cunetas se encuentran llenas de aguas de cloacas, la entrada del edificio Coco Guaica se ve afectada y muchas casas tienen esos líquidos en el patio. Todos estamos preocupados porque empezaron a caer las lluvias”, manifestó el ciudadano, quien aseguró que la única manera de corregir el problema es reparando la tubería que conduce a la estación de bombeo Cayaurima.
Francisca Peraza, vecina del sector, comentó que aunque sufren por las irregularidades en el suministro de agua potable, ya no les causa alegría cuando empieza a salir por sus mangueras debido a que el olor y color son desagradables.
Al parecer, uno de los tubos que distribuye el recurso hídrico está partido y por ahí se filtran las cloacas, ante lo cual prefieren recargar botellones para el consumo. En su caso, afirmó que ni siquiera puede lavar en su patio para que no le colapse el desagüe.
Los residentes Luis Zapata y Reina Tinedo dijeron que viven la misma situación en sus viviendas, por lo que se unieron al llamado de exigir una urgente solución a las autoridades encargadas.
Otra de las consecuencias es el deterioro del pavimento en la avenida Intercomunal, a la altura de puente Monagas. Justo en pleno semáforo también brotan las aguas putrefactas.
Barcelona / Milena Pérez
