Ante las dificultades para conseguir gas doméstico en la zona norte del estado Anzoátegui, los ciudadanos se han visto obligados a recurrir a otras alternativas para poder cocinar.
Ta es el caso de Alejandra Villas, habitante del barrio Las Delicias de Puerto La Cruz, quien debió preparar los alimentos a fogón durante un mes, en vista de que tenía su bombona vacía.
"Todos los días salíamos a buscar leña. Comprábamos medio litro de queroseno en Bs 100 mil y cocinábamos en la parte trasera de la casa, aguantando humo porque el patio es techado", dijo.
Villas pudo recargar su cilindro hace unos días, durante un operativo de gas comunal en Chuparín. Sin embargo, en su comunidad desde junio no realizan este tipo de actividad, por lo que varios vecinos también se han visto afectados por la falta de gas y han tenido que apelar a la misma técnica para cocinar.
Precios en dólares
Otras personas han tenido que hacer el sacrificio económico de adquirir bombonas llenas a precios dolarizados en bodegas que funcionan como centros de recarga.
Talimar Jiménez, residente de Lechería, indicó que en casco central de la ciudad hay quienes cobran 4 dólares por los envases metálicos de 10 kilogramos.
"Yo tengo dos bombonas pequeñas, lo que me costaría 8 dólares recargarlas. Me parece una exageración, pero la necesidad tiene cara de perro", dijo.
No obstante, los problemas en la distribución de gas también han afectado estos puntos de servicio.
Jesús Miguel García, quien vive en la avenida Cumanagoto de Barcelona, comentó que "desde hace tiempo no surten la bodega" cercana a su casa, donde solía cambiar sus cilindros.
Asimismo, detalló que la última vez que logró adquirir gas en ese lugar le costó $2 la de 18 KG, por lo que presume que cuando vuelvan a abastecer, el precio habrá aumentado.
Mientras tanto, García resuelve sus necesidades alimentarias cocinando con una hornilla y arrocera eléctrica, en el tostiarepa y el microondas hasta que logre adquirir gas.
Por otro lado, en los centros de llenado del área metropolitana se siguen reportando largas colas de personas que se trasladan hasta estos lugares, en la medida de lo posible, para recargar sus bombonas y regresar a casa con la posibilidad de cocinar como usualmente lo hacen.
Barcelona / Andrea Aroca