“Hasta que me quede sin fuerzas, estaré cerca de mi hijo”, dice Milena*, consternada y con lágrimas en los ojos. Así relata cómo fue desalojada de una pensión cercana al Centro Penitenciario de Carabobo, conocido como Tocuyito, tras participar en una vigilia en la que se exigía la liberación de los presos políticos detenidos después del 28 de julio.