La tradición de la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos se sintió en las calles de Carúpano, en el estado Sucre, este jueves 2 de noviembre, con los diversos puestos de venta de flores, en las esquinas del casco urbano.
En calle Güiria con Carabobo, Aracelis García, exhibía sus calas y otras variedades, a 120 bolívares, porque no le subieron los costos al mayor. Al respecto, dijo que las ventas estuvieron buenas porque el producto salió. “Tampoco trabajamos con mucha mercancía”.
A unos pasos, Eli García, vendía a Bs 160 los mazos con dos docenas de calas, traídas desde el sector Papelón del municipio Cajigal. Reconoció que las ventas estuvieron buenas y ya al mediodía recogía sus enseres para irse.
Más adelante, en la esquina de calle Mariño con Independencia, en otro puesto, Yuliannis Villarroel reporto variedad de precios, adaptados a los requerimientos de los compradores: desde 180 bolívares en adelante. “La venta en lo que va del día ha estado buena. Ha habido mucha demanda de compradores”.
En otro punto tradicional, en la esquina de la calle Juncal con Las Margaritas, Mayra González vendía los mazos de flores variadas en Bs 200, al tiempo que reportaba ventas regulares, sobre todo por la demanda de clientes fijos.
En el cementerio general de Carúpano la lluvia espantó a la primera oleada de deudos que acudieron al camposanto en la mañana. Sin embargo, cercano el mediodía, el flujo de entrada y salida de visitantes era constante.
La señora Cecilia Mata, procedente de Tacoa, iba colocando flores en varias tumbas. En ellas reposaban familiares, que según dijo, siempre honra sin importar si es día de los muertos o no. “No es preciso que sea el día de los difuntos, siempre vengo porque se trata de una tradición”.
En otra zona del cementerio, Carmen Moya, del sector Pedro Elías Aristiguieta, dijo que fue a cumplir con sus padres, un hermano y un hijo.
Relató que temprano el camposanto se llenó, pero con la lluvia fuerte que cayó la gente salió del lugar. Ella se quedó bajo un techo en la tumba familiar.
Este año, el cementerio está iluminado para aportar seguridad en la noche. También se retiraron los escombros y la basura, aunque algunos visitantes se quejaban de la tardanza para retirar los desperdicios.
Bermúdez / Cecilia Lárez