Con una temperatura en cifras históricas que rozaban este lunes los 40°C, los carupaneros afrontaban el agravamiento de la crisis generada por los bajos niveles de agua que están ingresando a la jurisdicción desde Clavellinos, con el acueducto El Carupanero prácticamente seco debido a las tomas ilegales y las más de 150 roturas de gran magnitud en el camino de 167 kilómetros que recorre desde la planta potabilizadora hasta la población de entrada a Bermúdez, que en este caso es Lebranche.
Este lunes se reunieron en el despacho del alcalde Julio Rodríguez, comunidades de la Troncal 10, por la alcaldía la Dirección Integral de Recursos Hídricos y la División de Agua Gratis, voceros de la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe) y del Concejo Municipal para acordar un plan que permita atender lo que ya se considera una emergencia con el tema del abastecimiento en la jurisdicción.
Juan Carlos Rivero, director de Recursos Hídricos de la alcaldía, informó que acordaron retomar las reparaciones de la tubería este martes, con una retroexcavadora suministrada por el gobierno municipal, un jumbo que aportará Inaservip, mientras que Hidrocaribe suministrará el camión de soldadura e insumos, con el fin de acometer roturas que impiden que el agua llegue a la zona urbana de Bermúdez.
Las reparaciones se ejecutarán en el eje de la avenida Luis Mariano Rivera, Troncal 9, portalón de la Infantería de Marina y Lebranche. También continuará con las reparaciones de fugas menores en la urbanización Agustín Ortiz Rodríguez y sectores cercanos.
A través de la División de Agua Gratis se acordó organizar un plan de atención con cisternas a los sectores de la Troncal 10, en este caso Puchuruco, 5 de Julio, Che Guevara, José Francisco Bermúdez y Corazón de mi Patria, afectados por la escasez.
Sin embargo, en la reunión de este lunes no se mencionó el tema de Playa Grande y sus zonas afectadas por la falta del servicio.
El inicio de semana fue duro para muchos playagranderos, que bajaban por La Vivienda Rural con carretas cargadas de botellones, pipotes y baldes con agua, que sacaban de los restos de El Carupanero.
Era el caso del señor Arcángel Arias, de 70 años, que con ayuda de un nieto cargaba dos pesados baldes para llevar agua a su casa.
Un panorama que se repetía en toda la población, donde muchos vecinos cargaban con envases para proveer agua en sus hogares, ante la falta de recursos para adquirirla con los cisternas.
Bermúdez / Cecilia Lárez
