A un año de las elecciones presidenciales del 28 de julio, el balance general parece ser desfavorable para la oposición.
El entusiasmo y la intensidad con que los ciudadanos vivieron semanas de campaña electoral durante 2024, no hacía presagiar el ambiente de desmotivación y apatía que se viviría en las consultas regionales y municipales convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en los últimos meses.
Doce meses después la fragmentación opositora -entre quienes son partidarios de la abstención y los que apuestan a la ruta electora-, el exilio o pase a la clandestinidad de algunos dirigentes, y la prisión de centenares manifestantes y políticos, encabezan la lista de secuelas y repercusiones tras anuncio de fraude hecho por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
La divulgación de más de 80 % de copias de las actas emitidas por las mesas electorales de todo el país, que daban como ganador de la contienda del 28-J, al abanderado por la tarjeta de la MUD, Edmundo González Urrutia, con 67,09% de los sufragios (7,3 millones de personas), desató una crisis política que permanece latente. Según la alianza antichavista, el aspirante a la reelección y actual presidente Nicolas Maduro habría alcanzado 30,45% de los votos -3,3 millones de ciudadanos.
Sin embargo, distintos voceros de la oposición reivindican un año después lo ocurrido como un logro para el país y la lucha de los que adversan al Gobierno.
Pare el dirigente de La Causa R, Andrés Velásquez, “la victoria de González Urrutia sigue viva en los venezolanos” , al igual que la “esperanza en verla materializada” y el “reconocimiento del liderazgo” de la dirigente de Vente Venezuela (VV), María Corina Machado.
“El 28 de julio significa para Venezuela un día de victoria, de cambio y fuerza ciudadana y una gran demostración de capacidad organizativa electoral (…) Fue una clara victoria popular que Maduro y sus ‘descolonizadas’ instituciones decidieron desconocer. Maduro se autoproclamó ganador sin mostrar una sola prueba ni una sola acta”, apuntó Velásquez a través de un mensaje difundido este lunes.
El 29 de julio, tras el anuncio de los resultados oficiales por parte del CNE que daban como ganador a Maduro con 51,95 % de los votos, decenas de ciudadanos se lanzaron a la calle a manifestar.
En Caracas, las acciones de reclamo se iniciaron en zonas populares como Catia y Petare, así como La Vega, El Cementerio, Caricuao, El Valle y San Martín. Desde las barriadas petareñas de La Bombilla, El Obelisco, El Morro, Maca y San Blas bajaron personas que se unieron en una movilización que llegó a la avenida Francisco de Miranda.
Ante la posibilidad de que los manifestantes siguieran avanzando hacia el centro de la capital, rumbo a la sede del CNE, se inició un despliegue de efectivos de seguridad, que detuvieron el paso de la protesta en El Rosal, cerca del Centro Lido, desatando un enfrentamiento.
Las protestas se replicaron en muchas zonas del país, e incluyeron el derribo o quema de estatuas del fallecido mandatario Hugo Chávez en Falcón, La Guaira, Carabobo, Los Teques y Guárico, así como destrucción y quema de propaganda electoral alusiva al presidente Maduro.
Los reportes iniciales apuntaban al menos 11 muertos y decenas de heridos. Luego de que el jefe de Estado denunciara “un intento de golpe contra la institucionalidad democrática”, comenzó una ola de detenciones, que alcanzó, según distintas ONG y el propio Gobierno, entre 1 mil 400 y más de 2 mil personas -incluyendo 70 adolescentes entre 14 y 17 años. Posteriormente, se inició el traslado de los detenidos a los penales de Tocorón, en Aragua, Tocuyito, en Carabobo y Yare III en Miranda, mientras otros permanecían en comandos policiales y de la Guardia Nacional.
En el mes de noviembre, la Fiscalía General comenzó un proceso de excarcelaciones, que se detuvo en marzo de este año.
Según la ONG, Foro Penal, hasta la fecha permanecen privadas de libertad y en condición de presos políticos (pre y poselectorales) 853 personas -759 hombres y 94 mujeres, incluyendo cuatro adolescentes. Cerca de 70 habrían sido excarcelados recientemente como parte de negociaciones con el gobierno de EE.UU.
La dirigencia opositora que había impulsado la candidatura de González Urrutia, también fue menguando en presencia y actividad pública a lo largo de un año.
Una de las razones fue, a lo externo, la detención de voceros de partidos como Vente Venezuela, Voluntad Popular y el ala no judicializada de Primero Justicia, entre otros.
Así entre el 28-J y mediados de octubre, VV contabilizó un total de 154 políticos presos -pertenecientes a 19 organizaciones. Solo la tolda liderada por María Corina Machado sumaba 41 activistas privados de libertad, mientras PJ cifró en 30 en número de detenidos. El número fue engrosando con los meses.
Días antes de las elecciones del 25 de mayo de este año, el Gobierno confirmó la detención de más de 70 personas acusadas de conspiración, entre ellas , políticos, activistas y periodistas.
Uno de los apresados fue el dirigente de PJ, Juan Pablo Guanipa, -cercano a Machado-.
La segunda razón, a lo interno, fue la fragmentación opositora, entre los que eran partidarios de continuar apostando a la ruta electoral y los que advertían que hasta que no se reconociera el triunfo de González Urrutia, no se podía pasar la página de la consulta del 28-J.
El 8 de octubre, Guanipa divulgó una carta en la que expuso su opinión sobre el conflicto de la tolda aurinegra, calificando al ex gobernador Henrique Capriles Radonski, de estar “divorciado de la realidad” y de generar “injuria, difamación e intriga”.
“Hay un pequeño grupo de dirigentes (opositores) que no reconocen el liderazgo de María Corina Machado”, agregó.
A mediados de abril de este año, tras anunciar su decisión de participar en los comicios regionales y legislativos, Capriles fue expulsado de PJ, señalado de “traicionar la unidad”.
Luego de que el Gobierno levantara la inhabilitación política que pesaba sobre el ex mandatario de Miranda, este pudo inscribir su candidatura como diputado a la Asamblea Nacional (AN) con la tarjeta de Unión y Cambio (Única), cargo para el que finalmente fue electo.
Capriles sigue reconociendo la importancia del 28 de julio y advierte actualmenteque la fecha “sigue en la memoria de millones de venezolanos”.
“A un año de ese día, en el que millones nos movilizamos, organizamos y votamos, recordamos lo que somos capaces de lograr cuando nos unimos como un solo país. Hoy también recordamos a quienes aún, un año después siguen siendo perseguidos y encarcelados. Por ellos, y por los que permanecen presos injustamente hay que seguir la lucha”, apuntó a través de un mensaje en redes.
El dirigente aseguró que , a pesar de lo ocurrido, “la esperanza de cambio sigue presente en la mayoría de los venezolanos”, aunque admitió que hoy la oposición “no está mejor” ni que se está “cerca de alcanzar un cambio en el poder”.
El exilio de dirigentes o el pase a la clandestinidad de otros ha sido otro factor que ha afectado a la oposición.
El 7 de septiembre el Gobierno anunció la entrega de salvoconductos y la salida del país, rumbo a España, de Edmundo González, tras haberse refugiado en la embajada de la nación europea en Caracas.
Sobre González pesaba una orden de captura y también había permanecido bajo resguardo en la embajada de los Países Bajos durante un mes, antes de que finalmente se le concediera asilo político.
El ex candidato de la MUD se dedicó, de allí en adelante, a sostener encuentros con mandatarios y personalidades políticas de distintas naciones en busca de reafirmar varios apoyos internacionales.
Mientras, María Corina Machado intentó mantener las movilizaciones de calle, luego de los comicios, pero estas se fueron tornando cada vez más exiguas, por el temor de sus seguidores a una nueva ola de represión y detenciones.
El 3 de agosto hizo su primer acto en la avenida principal de Las Mercedes al este de Caracas. “No promovemos la violencia pero tampoco renunciaremos a nuestro derecho a la protesta”, dijo.
Posteriormente, el 18 de agosto convocó a una concentración en la avenida Francisco de Miranda -en la entrada del Centro Comercial Líder, al este de la capital-, que se replicó en varias ciudades del país y el mundo, aunque sin la convocatoria esperada y en medio de un despliegue de más de 6 mil efectivos de seguridad en toda Caracas.
A un mes de la consulta, el 28 de agosto, llamó a participar en un tercer acto, “En un mes logramos convertir la lucha por la libertad en una causa mundial”, apuntó también desde la entrada del Centro Lido.
La última aparición pública de Machado fue el 9 de enero, tras cuatro meses sin participar en una acto, y un día antes de la toma de posesión de Maduro. Luego de una actividad convocada en el municipio Chacao, la dirigente fue interceptada por supuestos organismos de seguridad del Estado, que la retuvieron y luego la liberaron.
Desde entonces su presencia se ha limitado a mensajes en las redes, en los cuales ha reiterado su compromiso a seguir luchado y lograr un cambio para el país.
Caracas / Rodolfo Baptista