Aun cuando el servicio eléctrico se ha ido restableciendo de manera paulatina en el estado Anzoátegui, así como en el resto del país, tras el prolongado apagón nacional que se inició la tarde del jueves, la Universidad de Oriente (UDO) decidió, la mañana de este martes, suspender las actividades académicas y administrativas hasta nuevo aviso, debido a esta contingencia.
A través de un comunicado firmado por la rectora Rebeca Lucena, las autoridades de esta casa de estudios manifestaron que la vigencia de la medida estará sujeta a la evaluación diaria de lo que ocurra en todo el territorio venezolano.
Entre los fundamentos que alegan está el hecho de que continúa la inestabilidad en el suministro eléctrico, la falta de información gubernamental con respecto a un posible racionamiento de la energía para poder reorganizar el calendario udista, la suspensión del agua, inactividad bancaria para obtener efectivo para la movilización. Tampoco funciona el transporte ni el comedor de la institución, lo cual no ofrece las condiciones mínimas para el normal desarrollo de las clases.
Posición gremial
Dada la situación, el directivo de la Asociación de Profesores de la Universidad de Oriente (Apudo), Núcleo de Anzoátegui, Tirso González, no descarta que sea reprogramado el semestre por el bienestar de los estudiantes.
“Nosotros hemos dicho siempre que somos defensores de la educación de calidad y para garantizar la educación de calidad se necesitan días hábiles académicos para cumplir con las jornadas de aprendizaje. Si el semestre está programado para 16 semanas debe darse en eso y no en menos, porque eso afecta los conocimientos que les inculquemos a los estudiantes y la idea es estudiar la carrera y no estudiar a la carrera, es un lema que tengo”, expresó el dirigente profesoral.
USM
A través de sus redes sociales, la Universidad Santa María (USM), Núcleo Oriente, también se pronunció a favor de una modificación en el programa de las actividades y las evaluaciones finales del periodo 2019-1, las cuales se habían iniciado un día antes de la contingencia.
Barcelona / Elisa Gómez