La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó que ella y la comunidad internacional se equivocaron al evaluar la situación en Afganistán y estimar cómo podría evolucionar tras la salida de las tropas internacionales.
"Todos, y por eso también asumo mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación. Toda la comunidad internacional dio por supuesto que podríamos seguir con la ayuda al desarrollo" en Afganistán, afirmó.
La canciller calificó los sucesos de los últimos días, que culminaron con la toma de Kabul por parte de los talibanes, de "amargos", "dramáticos" y "horribles". La intervención internacional más allá de las operaciones antiterroristas, agregó, ha sido "un esfuerzo sin éxito".
Perdidos los esfuerzos por crear un Estado de derecho en Afganistán
Merkel consideró que la intervención de Estados Unidos y sus aliados durante casi 20 años en Afganistán ha logrado que actualmente no pueda prepararse desde el país un ataque terrorista como el del 11 de septiembre.
Sin embargo, todos los esfuerzos internacionales para crear un Estado democrático y de derecho "no se ha logrado cómo nos lo habíamos propuesto". Es una lección "amarga" para millones de afganos que apostaron por una "sociedad libre", "democracia", "educación" y "los derechos de las mujeres".
La canciller indicó que, además de los alemanes en el país, Berlín está trabajando para evacuar a todos los afganos que colaboraron con el Ejército alemán y la policía, un grupo de unas 2.500 personas, de las que 1.900 ya se encuentran en Alemania y otros países. "Haremos todo los que esté en nuestra mano para sacarlos del país", aseguró.
El gobierno alemán anunció también la suspensión de su ayuda al desarrollo para Afganistán.
"La cooperación al desarrollo del gobierno ha quedado suspendida", dijo el ministro de Cooperación Económica y Desarrollo, Gerd Müller, en una entrevista con el diario regional Rheinische Post.
Müller explicó que los empleados, alemanes e internacionales, de la Sociedad para la Cooperación Internacional (GIZ) habían abandonado ya Afganistán. Ahora están trabajando a toda máquina para sacar del país al personal local de la cooperación alemana para el desarrollo y los cooperantes de otras organizaciones organizaciones de ayuda cooperantes.
Alemania entregaba cada año unos 430 millones de euros (505 millones de dólares) a este país, según cifras de su ministerio de Relaciones Exteriores.
Berlín / DW / Agencias