Los médicos anestesiólogos han derribado las fronteras de los quirófanos para ayudar a controlar el dolor en aquellos pacientes que son objeto de intervenciones quirúrgicas, como en aquellos que por diversos motivos fisiológicos, requieren apoyo para superar esta situación.
Así lo expresa el doctor Alfredo Quintero, coordinador médico de quirófano y anestesiólogo del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), quien también es especialista en anestesiología cardiovascular infantil.
“En los últimos tiempos, el anestesiólogo, ha salido del quirófano para ayudar a los pacientes con dolor crónico. En este sentido, en el GMSP contamos con la Unidad de Dolor, donde tenemos a nuestro cuidado a diversos tipos de pacientes: aquellos que superaron una intervención quirúrgica; así como otros quienes, con el paso del tiempo, desarrollan un dolencia crónica y necesitan del especialista en anestesia, pues conocemos la fisiología humana”, apunta Quintero.
Explica que hay casos de pacientes con enfermedades terminales como el cáncer en etapa de metástasis, en donde el control del dolor es necesario para darle dignidad al enfermo en sus últimos momentos.
“Se trata de minimizar el sufrimiento porque, en este tipo de casos, ya la medicina no puede hacer más ante el proceso degenerativo causado por la enfermedad.”
Miedos
Para el doctor Quintero, la anestesia ha venido a dar un impulso gigantesco a las intervenciones quirúrgicas. De allí que, en la actualidad, es necesaria la consulta pre anestésica antes de una operación. Durante este encuentro, el paciente es evaluado por el anestesiólogo, quien a su vez, le explica todo lo que pasará durante la intervención y luego, en la etapa de recuperación.
“Muchos pacientes tienen temor a no despertar de la intervención; o a sentir dolor cuando lo están operando, también piensan en qué pasará si se despierta a mitad de la operación. Durante la consulta previa a la operación, nos encargamos de bajar los niveles de ansiedad con información”, precisó el experto.
Por su parte, la doctora Julieth Castro, anestesióloga, señala que el período de pre anestesia permite en algunos casos, involucrar al paciente en el tipo de sustancia que se utilizará en la cirugía.
Lograr que el paciente tenga un buen recuerdo antes de que comience la intervención quirúrgica, y mantener bloqueado el dolor durante todo el proceso hasta lograr su recuperación, es parte de la tarea de un anestesiólogo, para quien la conexión con el paciente antes, durante y después de la operación es importante.
“Algunos pacientes solicitan no ser anestesiados completamente; otros, por el contrario, no quieren sentir nada durante el proceso de la intervención. En ambos casos, se les explica cómo será el procedimiento y cuál es la técnica más recomendada para el caso. Debemos valorar las posibles complicaciones y las edades extremas del paciente, pues es diferente cuando se trabaja con pediátricos, jóvenes o con adultos mayores”.
Sin dolor y relajación
Castro explica que parte de la tarea del anestesiólogo también es brindar al cirujano la mayor relajación de los músculos.
“Lo que lleva al éxito de una intervención no sólo es que seas un profesional integro en el quirófano, sino que hagas tu trabajo completo: desde la pre anestesia hasta la recuperación, que puede oscilar entre 24 a 48 horas. Se trata de dormir al paciente y que no tenga dolor y, al mismo tiempo, garantizar al cirujano las mejores condiciones para que pueda trabajar cómodamente, porque con ello acortamos el riesgo quirúrgico y, por tanto, garantizamos que pueda darse una más rápida recuperación del paciente”.
Explica además que es importante vigilar la recuperación del paciente en la Unidad de Cuidados Anestésicos, entre 20 a 30 minutos. “Y luego hacer el seguimiento al manejo del dolor. Un paciente sin dolor camina y come más rápido, respira y duerme mejor y es una salida más rápida del centro médico”.
La tarea del anestesiólogo es apoyada también por sus asistentes.
Caracas / Redacción Web