La carencia de dinero en efectivo es uno de los temas de conversación más cotidianos en las paradas de transporte en medio de la cuarentena decretada por el Gobierno para frenar la propagación del COVID-19.
Los usuarios aseguran que los incrementos arbitrarios en las tarifas les limitan, aún más, las posibilidades de movilizarse a hacer sus diligencias, abastecerse de alimentos, cumplir con tratamientos médicos o asistir a sus sitios de trabajo.
Noreida Sifontes señaló que ante las dificultades para conseguir el papel moneda ha faltado a su empleo en varias oportunidades.
"Le expliqué a mi jefa que donde yo vivo no se consigue carro para trasladarme y que los pasajes los están subiendo demasiado, yo voy cuando consigo dinero. ¿Cómo hace uno para salir de la casa y después regresar?", se preguntó.
La vecina Eladia Cueche indicó que prefiere utilizar el sistema Bus de Tránsito Rápido (BTR) Cacique Cayaurima por tener la tarifa más económica con respecto a los demás transportes, pero añadió que debe esperar hasta dos horas por una de las unidades artículadas.
Eduardo Gómez, empleado de una feria de hortalizas, afirmó que desde que las entidades bancarias dejaron de operar no le ha sido fácil conseguir efectivo. Ni siquiera en el sitio donde trabaja.
"Antes veíamos cómo la gente lo usaba para comprar, pero ahora se ve muy poco, de 100 clientes lo harán 15. Anteriormente los empleados nos poníamos de acuerdo con los encargados para pasar nuestra tarjeta por los billetes, pero desde hace un tiempo no lo hemos logrado. El dinero es como oro. No se consigue fácilmente", refirió Gómez.
En diversas paradas de transporte público y del BTR hay un factor muy constante. Las personas se cansan de esperar por las unidades de Trasanzoátegui y cuando aparece un autobús de ruta urbana normal corren para montarse, pero cuando les indican el monto del pasaje se alejan. No retornan a la cola sino que se marchan a casa.
Barcelona / Milena Pérez