El centro Gumilla de Barquisimeto acogió durante los días viernes 17, sábado 18 y domingo 19 de noviembre a 30 alumnos universitarios de siete estados del país que representaban el movimiento estudiantil de ocho centros de enseñanza para conocer los resultados de la Encuesta Condiciones de Vida de los Universitarios (Enobu 2023), reseñó Medianálisia en una nota de prensa.
Representantes de Barinas, Cojedes, Lara Mérida, Táchira, Yaracuy y Zulia, conocieron los resultados de la Enobu 2023 y desarrollaron una propuesta para el futuro deseado de Venezuela en el marco del proyecto Conectando Futuro de Medianálisis y el Observatorio de Universidades
Bachileres de La Universidad del Zulia (LUZ), Universidad de los Andes (ULA), Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET), Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ), Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (UNEY), Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) y la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (UNEXPO) intervinieron en la actividad.
Asimismo, midieron por medio de indicadores ¿en qué condiciones se encuentra la comunidad universitaria venezolana en las distintas dimensiones? como; Seguridad alimentaria y ciudadana, movilidad, condiciones económicas, condiciones de estudios y su visión para el futuro
La presentación de la encuesta reveló que la situación que viven los universitarios venezolanos se ha mantenido en tiempo, sin recibir atención gubernamental, pese a las reiteradas denuncias y protestas levantadas por la comunidad estudiantil con el apoyo de trabajadores y profesores en todo el país.
El estudio fue medido con una población de 2.620 estudiantes que representan el 69% y el 31% expresados en 1.149 profesores y docentes de las 59 instituciones de educación superior que fueron consultadas.
Por medio de la investigación se pudo conocer que solo el 21% de la población estudiantil come dos veces al día y el 8% lo hace una vez diariamente, mientras tanto el 39% de los encuestados manifestaron que debían vender o intercambiar bienes para comprar alimentos y el 69% informó que disminuyen las porciones de las comidas. Asimismo, se resaltó que los comedores públicos de las universidades han recibido esfuerzos aislados de autogestión, sin embargo, estas ayudas individuales no son suficiente para atender a toda la población estudiantil que lo requiere.
La participación de los estudiantes en la disertación sugirió que en varias de estas universidades se han denunciado casos de acoso sexual y violencia de género en contra de estudiantes mujeres y un mínimo porciento a los hombres, sin embargo, no todos los casos han podido ser denunciados ante las autoridades policiales por miedo a repercusiones, además el 67% de los encuestados aseguraron tener preocupación constante por robo y hurto en su casa de estudios y el 25% dice temer por agresión.
Otras de las fallas que presentan los jóvenes estudiantes es que sólo el 53% de los consultados en la Enobu, aseguraron tener una conexión regular a Internet, siendo esto una problemática, considerando que el 84% del estudiantado nacional recibe clases en modalidad mixta (virtual y presencial).
En este sentido, en cuanto a el transporte escolar, que en otros años estaba garantizado en todas las instituciones públicas de educación superior con rutas urbanas e interurbanas, es prácticamente inexistente, debido a que solo 14% cuenta con unidades de transporte en sus universidades, pero el servicio no es permanente. Los porcentajes de la Enobu señalan que el 76% de los estudiantes se movilizan en el transporte público, mientras que el 39% lo hace a pie y en buses particulares a sus universidades.
La triste realidad, expuesta en los resultados de la Enobu, condujo a que los jóvenes estudiantes que se dieron cita en el encuentro de Barquisimeto, hicieran un llamado de atención a las autoridades competentes en el área educativa.
Exigiendo respeto a los derechos estudiantiles, mediante la consignación de un documento en el Ministerio de Educación Universitaria y otros organismos de defensa de derechos humanos que permitan la atención y solución de las demandas elaboradas por los estudiantes universitarios.
Además, sugirieron acciones de autogestión con ayuda financiera del sector privado, egresados, alcaldías y de la sociedad civil, a fin de atenuar la situación de precariedad universitaria. Los estudiantes se comprometieron con la ejecución de campañas de concientización y orientación en cada una de las universidades venezolanas que establezcan redes de apoyo institucional.