El cortejo fúnebre de la reina Isabel II inició su camino desde el Castillo de Balmoral hasta la ciudad de Edimburgo, capital de Escocia.
El ataúd donde reposan los restos de la monarca británica estuvo cubierto por el estandarte real.
Con un clima sereno y sombrío, los dolientes salieron a las calles para presenciar el histórico hecho.
Las flores abundaron para honrar a quien estuviera en el trono de Reino Unido por más de 70 años.
Puerto La Cruz / Redacción web