Dos de los principales gremios de trabajadores del estado Anzoátegui coinciden en que la fijación del salario mínimo a 30 dólares es una burla más del gobierno, el cual, días antes, había anunciado un incremento equivalente a medio petro.
Para el presidente de la Federación de Trabajadores (Fetranzoátegui), Tito Barrero, se repite la historia de 2018, cuando el gobierno nacional decretó un aumento salarial equiparable a la mitad del valor de la criptomoneda venezolana, pero que quedó estático en 4 mil 500 bolívares soberanos, aun cuando la moneda digital siguió subiendo.
Vuelve a ocurrir lo mismo. Este lunes 14 de marzo, el diputado a la Asamblea Nacional (AN), Franklin Rondón, también presidente de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Público (Fentrasep), aclaró que el salario no va a subir en la medida que lo haga el petro sino que quedará fijado a la cifra referencia del día del anuncio, es decir, anclado a $30 como valor referencial.
De igual forma, el parlamentario detalló que el nuevo monto empezará a ser cancelado el 30 de marzo, con retroactivo a la primera quincena.
Barrero aseguró que el Ejecutivo Nacional aplica la popular frase de la canción “sordo, ciego y mudo" al desentenderse de las verdaderas necesidades económicas del país e incumplir con el artículo 91 de la Constitución.
Por su parte, el presidente del sindicato Unión Regional de Empleados Públicos (Urepanz), José “Cheo” Hurtado, denunció que “el gobierno nacional sigue afanado en desmejorar la calidad de vida de la clase trabajadora y sus familias”, pues recalcó que con esos salarios es imposible que viva un venezolano.
“Qué puede comprar una familia de cinco miembros con 15 dólares quincenalmente? Muy poco. Desafortunadamente, el gobierno usa a sus aliados sindicalistas para dar este tipo de noticias, repudiamos eso (…) Es tiempo de que se tomen las calles hasta ver un verdadero cambio económico”, enfatizó Hurtado.
Ratificó que el nuevo salario es una burla más tanto para los trabajadores activos como para los jubilados, tomando en cuenta que el ingreso mensual no se destina solo a la alimentación, sino también a otros gastos básicos diarios.
Barcelona / Milena Pérez
