Este miércoles 12 de enero, la Comisión Presidencial Alí Rodríguez Araque de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) denunció, por medio de un comunicado, que la explosión ocurrida el martes 11 de enero en el poliducto que atraviesa la vía hacia Naricual, municipio Bolívar del estado Anzoátegui, fue originado por un "nuevo sabotaje criminal, por parte de sectores oposicionistas y extremistas" con la intención de interrumpir las operaciones asociadas a la industria petrolera en la entidad.
Pero lejos de la visión expuesta por esta instancia, el secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), José Bodas, señaló que, aunque no hay cifras oficiales, los ataques a los ductos de combustible se registran prácticamente a diario, por parte de la misma ciudadanía que busca ganar dinero vendiendo las piezas metálicas como chatarra y que además revende el combustible que logra sustraer, tal como asumen que ocurrió en la tubería que se incendió en Pica del Neverí.
El dirigente sindicalista aseveró que este tipo de situación ocurre en determinados puntos de la entidad y la población se encarga de darlo a conocer sólo cuando comprende el riesgo que representa.
Bodas recordó que por causa de este tipo de ataques y la falta de mantenimiento de los tuberías subterráneas se han registrado pérdidas humanas como la del basquetbolista de Halcones de Anaco, Leuman Zapata, de 24 años de edad, quien en julio de 2021 fue víctima de una explosión por derrame de petróleo en la vía El Tigre-Cantaura, la cual dejó a otras personas heridas. Y más recientemente –agregó– el fallecimiento de Eduardo Urrieta, que quedó atrapado por las llamas del incendio en Naricual.
El secretario de la Futpv sostuvo que “es lamentable que, además de que Pdvsa se cae a pedazos por falta de inversión, los chatarreros estén destrozando los poliductos y gasoductos, causando derrames de petróleo, fugas de gas y muertes”.
Barcelona / Milena Pérez
