Contrario a lo acostumbrado en tiempos mejores, cuando se recordaba lo bueno del viejo año, Rolando Salazar recomienda ahora no olvidar lo catastrófico de 2017 y solidarizarse con quienes perdieron a sus seres queridos luchando por la libertad. Dice que la llamada revolución tiene muchos temores y malos humores.
¿Toca hoy imitar las navidades de antes?
–Copiarla, escanearla, imitarla, emularla, rescatarla.
–¿Una nostalgia navideña?
–La familia reunida a puertas abiertas, esperando a amigos y vecinos y atenta al radio para escuchar los últimos minutos del año y el cañonazo.
–Como imitador, ¿tiene vida en Venezuela?
–Como todo oficio no escapa de la precaria situación conocida, sin embargo el ejercicio que promueve la acción de pensar y traducir la realidad, muy propia de la sensibilidad del artista, eso será fuente inagotable pues es la respuesta a la barbarie.
–¿La tendría en el Imperio?
–Si se entiende por vida, la búsqueda de su mejor calidad, se ofrecen oportunidades de luchar por ello en cualquier parte. Igualmente, si se está por construir esa calidad en nuestra Venezuela se crea un sentido de propósito donde lamentablemente lo que se ofrece es el riesgo de perder la vida.
–Ante la crisis, ¿el sustituto de San Nicolás?
–Los padres responsables en la verdadera fe y esperanza que nos otorga Dios, de dar el regalo de educarlos con amor y ser mejores desde niños.
–¿Qué tiene de santo el Nicolás de aquí?
–Tiene de San Guinario y San Cionado.
–¿El venezolano más proclive para imitar a Santa Claus?
–Lorenzo Mendoza.
Regalando risas
–¿Un “aguinaldo” para el gobierno?
–Al gobierno le regalaría un CNE plural e independiente que represente la confianza de todo el país.
–¿Para la oposición?
–Un curso de actualización política, que innove y esté en sintonía con las aspiraciones del futuro inmediato del país.
–¿Para el soberano?
–La permanente posibilidad a reír y pensar.
–¿Lo digno de ser imitado?
–Ser referencia de reflexiones y tolerancia.
–¿Lo inimitable de este gobierno?
–Todo lo que devele su naturaleza, que promueva evaluaciones y conciencia en tomar mejores decisiones en lo futuro.
–¿Imita Maduro a Chávez?
–Por necesidad tiene que dejar de ser Maduro.
–¿Hubiera imitado Chávez a Maduro?
–Primero pasaría un enchufado por el ojo de una aguja.
–¿A cuál próximo presidente le gustaría imitar?
–Uno con moral y luces.
–¿Lo han imitado a usted?
–De manera indirecta, pues el imitador en ocasiones le resulta un válido enlace a la hora de imitar, toma la referencia de otro imitador para construir determinado personaje a imitar; en ese sentido me he visto imitado.
–¿Le ha reclamado algún parodiado?
–No precisamente un reclamo, pero al igual que casi nadie reconoce su voz cuando la escucha grabada, algunos se sorprenden al verse expuestos en modismos, gestos, etcétera… y que la caracterización lo resalta y expone y que quizás no se ven reflejados al verse imitados en lo que muestran al mundo exterior sin darse cuenta.
–¿Un militar para imitar?
–El General Electric, que en su guerra económica triunfa y crea prosperidad e innovación; o el Coronel Sanders, que si sabe hacer un pollo rostizado.
–¿Una revolución para imitar?
–La revolución de la inteligencia de Luis Alberto Machado, en 1984. Todos tenemos la capacidad de ser genios en cualquier área; solo basta con ejercer las herramientas naturales del pensamiento con que cuenta cada ser humano para ser mejores y con ello la gran nación que estamos en deuda construir.
–¿Un modelo a imitar para la MUD?
–Aún estamos trabajando en eso, habrá que esperar.
–¿Le teme la revolución a los humoristas?
–La llamada revolución tiene muchos temores y malos humores; el mirarse expuestos tal cual son a través del humor los delata y los acompleja; sus temores no son por reflexiones sino por intolerancia, que a su vez produce una respuesta iracunda y defensiva.
–¿Eran felices los humoristas en Venezuela y no lo sabían?
–Los humoristas son poco felices y lo saben muy bien. Por lo general el humor parte del drama, lo traduce y lo condensa en la maravillosa manufactura del humor; de allí que el producto que el humorista ofrece, la gente lo identifica en su realidad y agradece la manera de abordar semejantes situaciones.
–¿Qué le falta a la revolución para ser feliz?
–Que el Ministerio de la felicidad derogue la infelicidad o el derecho a disentir.
Desgraciada gracia
–¿Una gracia oficial convertida en morisqueta?
–El hecho de intentar convertir las desgracias en gracias. Una de las peores es bailar en momentos en que hogares lloraban la pérdida de jóvenes asesinados por las fuerzas militares en las protestas de este 2017.
–¿Un género humorístico para la oposición?
–La cómica y la ironía.
–¿Pusieron la cómica con el diálogo?
–La cómica implica una respuesta burlesca, ridícula y este no es el caso, más pusieron el drama que presagia desasosiego y desesperanza.
–¿Y con la abstención?
–La abstención es el apoteosis de la ironía, donde se quiere expresar lo contrario de lo que se quiere decir, resultado del desconcierto colectivo accionado por el hastío y la desesperanza.
–¿El político que lo imitaría mejor a usted?
– Han habido “coincidencias” de situaciones que recreábamos en La Reconstituyente que posteriormente las imitaban en Miraflores.
–Navidad con cadenas…
–Navidad en dictadura, unos van buchones y otros van mamando.
–Navidad en democracia…
–Nacerá el niño con su arepa bajo el brazo.
–¿Coinciden comunismo y Navidad?
–La triste experiencia de hoy responde con contundencia. El rojo de Santa no es el rojito de Nicolás.
–¿Cuántas hallacas se ha comido este año?
–Una.
–¿Y el año pasado?
–Solo un bollo.
–¿El sustituto del pan de jamón?
–Cachito o pan con díablito.
–¿De las patinatas?
–Ahora a la gente solo le patina el coco.
–¿Una reflexión ante el año que termina?
–Otrora la reflexión centraba el no olvidar las cosas buenas del año viejo: una chiva, una burra, una yegua blanca y una buena suegra. Hoy está prohibido olvidar las cosas terribles que ha dejado; solidaridad con todos y especialmente con quienes han perdido seres queridos por sus deseos de cambio y libertad.
–¿Y ante el que comienza?
–2018 no ha comenzado y ya luce viejo y cansado. Es menester rejuvenecerlo, pero con la conciencia del anciano y la fuerza y la sabiduría para arrancar con bríos y esperanza.
–¿Qué le pidió al Niño Jesús?
–Salud a los niños y enfermos, medicinas a los abuelos, comida a las madres cabezas de familia, empleos a los padres trabajadores, educación para los jóvenes, justicia para Venezuela, cambio de gobierno y mejor futuro para todos.
–¿Y para Venezuela?
–Conciencia, compromiso y unión.
DE PERFIL
Rolando Salazar Bueno -actor, locutor y cantante- estudió la primaria en los grupos escolares República del Ecuador y Armando Zuloaga, y la secundaria en el colegio Santa Ana de El Cafetal, en Caracas. Estudió publicidad en el Instituto Universitario de Nuevas Profesiones (Iunp). Como artista plástico expuso en el Museo Alejandro Otero, el Salón de Pintura de la Alianza Francesa, el hotel Tamanaco y el Centro de Arte Contemporáneo de New York. Retomó esta actividad para una próxima exposición. En el teatro destacan sus actuaciones, o imitaciones, en La Reconstituyente, con la que se hizo merecedor de la mención “mejor artista cómico”; El Pantaletazo y El revocatorio de la risa. En la actualidad presenta su monólogo Venezuela a los largo de país y en el exterior.
Caracas/ Jolguer Rodríguez