Caminar para tener agua en casa y poder bañarse, limpiar o lavar la ropa. Caminar para trasladarse de un lugar a otro por la falta de transporte público. Caminar para conseguir leña que usan para cocinar cuando se les acaba el gas de las bombonas. Caminar para seguir su formación escolar. Caminar, caminar y caminar…
¡Sí! En el Caserío El Limón, ubicado en la zona rural del municipio Juan Antonio Sotillo, una "ley de vida" es trasladarse a pie para poder subsistir.
Uno que otro habitante sí cuenta con vehículo para hacer sus diligencias y abastecerse de lo necesario para vivir, mientras que otros se amparan en los "mototaxistas" o simplemente se apoyan -para algunas cosas- en las llamadas "bestias", que son burros que utilizan para trasladar cargas pesadas.
"No tenemos transporte público desde hace cinco o seis años porque la vialidad está horrible. Por eso tenemos niños que al igual que los que viven en San Pedro se van caminando entre las 5:00 am y 6:00 am para el liceo de Valle Lindo, que es el más cercano. Después suben a las 3:00 o 4:00 de la tarde cuando alguien les da la cola, o si tienen para pagar una moto que cobran entre 200 y 350 bolívares", comentó la moradora Beatriz Vásquez.
Otra de las caminatas que suele hacer esta vecina, junto a sus familiares, es cuando le toca abastecerse de agua potable para realizar los quehaceres del hogar.
Precisó que los lugares que usualmente visita para surtirse del recursos natural son el pozo "El Limón" y el pozo "Tocorito".
"Cada vez que llueve aprovechamos para llenar los tanques que tenemos, pero cuando ya no hay, nos toca ir a estos manantiales para lavar, cocinar y limpiar. Gracias a Dios a nosotros nos quedan cerca, son cinco minutos caminando. Vamos con nuestras 'bestias' y llevamos pimpinas de cinco litros para solventar. Con las 'bestias' se hacen dos viajes, que son el equivalente a 400 litros para no sobrecargar al animal, ya que después tenemos que llevarlo al conuco a buscar verduras. La cosa es bastante fuerte", agregó.
Vásquez aseguró que en el caserío El Limón "nunca" han gozado de un servicio tradicional de distribución de agua potable por tubería.
"Se inició un proyecto hace años, cuando construyeron un tanque en San Pedro, que serviría para bombear agua para acá, pero sólo fueron 15 días, y después metieron una máquina y eso rompió la tubería. Con el gas también es un problema, tenemos que pagar mototaxis para que nos bajen y suban las bombonas o caminar para encontrar leña y así poder cocinar. Aquí estamos casi en el abandono. Hacemos un llamado a las autoridades para que tengan más conciencia con nosotros", dijo.
José Tovar, un agricultor que vive en las primeras viviendas de esta comunidad foránea, afirmó que a diferencia de la vecina Vásquez, a él le queda a 20 minutos a pie el manantial más cercano.
Según dijo, se traslada a ese lugar todos los días junto a su familia para abastecerse del líquido preciado.
"Cada quien lleva envases en las manos y también usamos a los burros para cargar. A veces vamos en la mañana y otras vamos en la tarde. También cuando llueve recogemos agua, eso lo hace todo el mundo", apuntó.
En cuanto al abastecimiento de alimentos, el vecino indicó que los días sábados aprovechan que un señor sube a la zona con su camión y presta servicio de transporte hacia el mercado municipal de Puerto La Cruz.
"El cobra un dólar de ida y uno de vuelta. Muchos hacemos el sacrificio para no tener que caminar hasta allá, pero los niños que van al liceo de Valle Lindo si tienen que irse a pie porque no hay transporte público. Necesitamos que las autoridades nos ayuden con eso y que rehabiliten la vía que está muy deteriorada.
La ciudadana de la tercera edad, Juana Vera, acotó que otro de los problemas que los están afectando actualmente es la inoperatividad del único centro de salud que funcionaba en la zona.
"Se ha hablado con la alcaldía y todo el mundo, pero no se ha hecho nada. Necesitamos que este centro de salud esté activo para que a uno lo atiendan rápido. Si ahorita se presenta una emergencia, uno tiene que pagar una moto para que lo lleven a la (Clínica) Nazareth, a Guaraguao o el (hospital) Razetti, porque no hay ni siquiera transporte público y el módulo que tenemos no funciona, está destruido y abandonado", aseguró.
De acuerdo con datos suministrados por vecinos consultados, en el caserío El Limón habitan más de 90 familias.
Los residentes esperan que el recién electo alcalde de Puerto La Cruz, Jesús Marcano, los ayude a resolver todos los problemas que tienen en estos momentos.
Puerto La Cruz / Jesús Bermúdez