África del oeste enfrenta de nuevo una epidemia de la fiebre hemorrágica del Ébola, con siete casos, tres de ellos mortales, anunciados este domingo en el sureste de Guinea, donde había empezado la peor epidemia de la historia del virus (2013-2016).
Conakry y la OMS se sienten mejor equipadas que hace cinco años, merced sobre todo al progreso de la vacunación para enfrentar esta enfermedad viral, que apareció en 1976 por primera vez en la actual República Democrática del Congo (RDC), donde aún persiste.
En Liberia, vecino de Guinea, donde no se ha detectado ningún caso, el presidente George Weah ordenó inmediatamente fortalecer la vigilancia y sensibilizar a la población, sobre todo en las fronteras.
"Estoy inquieto como ser humano, pero mantengo la calma porque gestionamos la primera epidemia y la vacunación (ahora) es posible", declaró el sábado de noche el ministro de Salud guineano, Rémy Lamah.
Los siete nuevos casos (tres muertes), surgieron en la región selvática de Guinea, cerca de Liberia. Pruebas realizadas en Conakry confirmaron el domingo que se trata de Ébola.
"Esto ubica a Guinea en situación de epidemia de Ébola", anunció este domingo el director de la Agencia de salud de Guinea (ANSS), Sakoba Keïta, tras una reunión de emergencia.
Éste explicó que una enfermera falleció a fines de enero en Guecké, cerca de la capital regional, Nzerekoré, "muchas personas fueron a su entierro y algunas comenzaron a tener síntomas de diarrea, vómitos, hemorragias y fiebre días después"
Fue en esta región, a más de 800 km de Conakry por carretera, donde comenzó la peor epidemia de la historia del virus, que mató a más de 11.300 personas entre 2013 y 2016, principalmente en Guinea, Sierra Leona y Liberia.
Paris / Agencias