Néstor Jesús Orellana Álvarez, de 73 años, falleció la tarde de este sábado tras dejar de resistir los malestares que le dejaron los golpes que recibió, especialmente en la cabeza, el 1ro de septiembre, cuando trató de impedir que unos presuntos antisociales lo despojaran de sus pertenencias, entre ellas la mercancía que tenía resguardada dentro de su vivienda, ubicada en la calle La Victoria del sector El Palmar, en Anaco.
Al momento del deceso, el septuagenario estaba recluido en el hospital Domingo Guzmán Lander de Las Garzas, en Barcelona, a donde su hermano, el albañil Pedro Orellana, lo había trasladado a los cuatro días del hecho, porque no se le calmaban los dolores en el cuerpo.
“Mi hermano vivía solo, porque no tenía hijos. Yo me di cuenta de lo sucedido al día siguiente, cuando lo fui a visitar. Inmediatamente lo llevé al hospital de Anaco donde le hicieron las curas, pero como no tenían cómo tratarlo, le dieron de alta en la noche. Tuve dos días con él en mi casa. Una sobrina que tengo en España, que es médico, me explicó qué tenía que hacer porque se podía morir, por eso lo trasladé para Barcelona”, expresó el familiar, mientras esperaba para retirar el cadáver de la morgue del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), ubicada en el sector Tronconal III.
De acuerdo a Pedro Orellana, esta era la tercera vez que se le metían en la casa al septuagenario, puesto que cada vez que le abrían los boquetes en las paredes, él iba a taparlos. Al parecer, además de la comida que tenía almacenada, se llevaban la mercancía que vendía: chucherías, yesqueros, paños de cocina, etc.
“En esta oportunidad, la casa la dejaron patas arriba creyendo que manejaba plata bastante, quizás sería una tontería que tenía guardado, porque vendía para el diario”, mencionó.
Al ser consultado si el sector donde vivía el vendedor informal era inseguro, el albañil respondió que no. Alegó que su hermano mantenía las puertas abiertas porque le gustaba que los vecinos lo visitaran. De hecho, agradeció el apoyo que recibió de muchos de ellos, tras conocer lo sucedido.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) realizan las averiguaciones pertinentes para esclarecer el caso.
Barcelona / Elisa Gómez