El Vaticano autorizó este jueves una investigación a un obispo de Estados Unidos acusado de acosar sexualmente a adultos.
La decisión coincidió con una reunión entre una delegación de cardenales y obispos católicos estadounidenses con el papa Francisco, en medio de una crisis de confianza en el liderazgo de la Iglesia por un escándalo de abusos sexuales y encubrimiento que salpicó al propio pontífice.
Francisco aceptó la renuncia de Michael Bransfield, obispo de Virginia Occidental, y nombró a un administrador temporal para su diócesis de Wheeling-Charleston, según anunció el Vaticano.
El administrador, el obispo de Baltimore William Lori, manifestó en un comunicado que el papa le ordenó "llevar a cabo una investigación sobre las denuncias de adultos contra el obispo Bransfield por acoso sexual".
Lori se comprometió a realizar "una investigación exhaustiva en busca de la verdad en las problemáticas acusaciones contra el obispo Bransfield".
Por otra parte, el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, encabezó la delegación estadounidense que se reunió con el pontífice en el Vaticano. DiNardo solicitó la audiencia el mes pasado tras las revelaciones de que Theodore McCarrick, un excardenal caído en desgracia, había ascendido en el escalafón eclesiástico pese a que las altas esferas del Vaticano y de la Iglesia del país conocían las acusaciones de abusos sexuales en su contra.
Además de solicitar una investigación completa del Vaticano sobre el caso McCarrick, DiNardo pidió respuestas a las acusaciones de que una serie de funcionarios vaticanos, incluyendo Francisco, sabía del comportamiento del religioso desde el año 2000.
Ciudad del Vaticano / AP