“¿Esta plaza se pone oscura de noche?”, pregunta una mujer oriunda de La Guaira a otra de Trujillo. No se conocen, pero ambas viajaron a Tocuyito por la misma razón: sus hijos están detenidos en el Internado Judicial de Carabobo y esperan su boleta de excarcelación.
Cuando anochece, las familias, desesperanzadas, se retiran tras un día sin respuestas sobre la liberación de sus hijos. Las mujeres entonces comienzan a buscar un lugar donde dormir. Sus bolsos, donde guardan una muda de ropa para sus hijos, se convierten en almohadas, y los bancos de una pequeña plaza —sin nombre ni luces— se transforman en camas improvisadas. Comparten la comida y se protegen entre sí.
Ambas han viajado por las visitas cada 15 días, pero la espera por la liberación de sus hijos este domingo 17 de noviembre se extendió inesperadamente. “Yo tengo familia en Guacara. No me puedo ir porque descompleto el pasaje. De aquí a La Guaira son 15 dólares en autobús”, lamentó una de las mamás.
El proceso de excarcelación, según dijeron efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a los familiares, iniciaría en la mañana. No pasó. Aunque cientos de familias se trasladaron de diferentes estados del país, no hubo una lista de excarcelados.
La mañana en las adyacencias del penal de Tocuyito inició con despedidas. Uno de los jóvenes excarcelados se acercaba a los familiares con una hoja y bolígrafo para anotar el número de sus nuevos amigos. Aunque delgado, caminaba rápido entre las personas que lo miraban con felicidad.
"Quiero saber cuándo salgan, me preocupan también. Yo fui uno de los primeros, pero ellos para mí ya son mis hermanos de lucha. Nos apoyamos entre todos", confesó. En su visita para ayudar a las otras madres, recordó que caminar por primera vez con su mamá en el exterior fue "extraordinario".
Otro de los jóvenes, que también iniciaba su camino a casa, dio palabras de aliento a las familias después de hacer una oración.
Cada proceso de detención fue diferente, pero ahora todos los familiares piden lo mismo: más boletas de excarcelación. "Comentaron que ellos no tienen boletas para dar libertad a esos presos. Queremos saber qué pasa. ¿El Ministerio para el Servicio Penitenciario es una burla entonces, que nos tiene a todos los familiares aquí? Somos 500 personas en Tocuyito", señaló Sol Ocariz.
Martha Cardona tiene tres días durmiendo en la Plaza Rafael Pocaterra con su nuera, ya que no tiene los recursos para pagar un hotel. “Pido la libertad no solo de mi hijo, sino de todos los que están ahí acusados de terroristas que no lo son”, expresó.
Lobeis Rodríguez, como Martha, duerme en las aceras. "Muy fuerte este proceso porque nos han engañado en cuanto a que estaban las boletas. Nos dijeron que hoy salían grupos. Estamos aquí desde las 7:00 a.m.".
Sin bañarse y en lo que describe como situaciones precarias, Lobeis espera la liberación de su hijo. "Hay muchas familias esperando. A todos nos dan una noticia diferente. Necesitamos que nos den una respuesta. Hay mamás con niños, personas de la tercera edad; es muy crítica la situación de las personas aquí afuera. Necesitamos respuestas", recalcó.
Durante la tarde, José Laclé fue excarcelado y llegó a la multitud de familiares entre aplausos. Aunque sus padres no estaban ahí, fue recibido y atendido por quienes se encontraban junto a él. “Somos tus mamás todas”, le dijo emocionada la primera mujer en abrazarlo.
Con Laclé fue excarcelado otro hombre, aunque se desconocen sus datos por la falta de información oficial. Ambos se suman a los 35 hombres liberados el sábado en dos grupos. Según un efectivo de la GNB, la cifra oficial asciende a 37 excarcelados, pero algunos familiares elevan el número a 38. Sin listados actualizados, la confusión y especulación aumentaron entre las familias. También la angustia.
Carabobo / El Carabobeño