El Gobierno de Venezuela advirtió en privado al Gobierno de Donald Trump que no acogerá a sus propios ciudadanos deportados. Ocurre después de que Estados Unidos haya puesto fin a la licencia de la petrolera Chevron para operar en el país caribeño, según The Wall Street Journal (WSJ).
El diario, que cita fuentes conocedoras del asunto, señala que se está desgastando el acuerdo de repatriación de venezolanos. Se transó posterior a la reunión de enero del enviado de Trump, Richard Grenell, con el chavista Nicolás Maduro, no reconocido como presidente por EE.UU., y el asunto de Chevron ha tensado las cuerdas.
El martes, la Administración de Trump puso fin a la licencia de Chevron en Venezuela y le dio un mes, hasta el 3 de abril, para salir de ese país.La decisión se notificó después de que el presidente estadounidense criticara a Maduro por no acelerar las deportaciones de indocumentados en EE.UU. tan rápido como esperaba.
El WSJ señala que la advertencia que en privado hizo Venezuela obstaculizaría aún más la campaña de deportación masiva de inmigrantes indocumentados prometida por Trump.El gobierno estadounidense ya ha tenido que poner en pausa los vuelos de repatriación en aviones militares por su alto costo.
El diario alude a divisiones en el Gobierno de Trump por su enfoque hacia Venezuela.Agrega que no se ha producido una visita de seguimiento a Caracas ni más vuelos de deportaciones desde el 20 de febrero, como estaba previsto, citando a fuentes conocedoras de las conversaciones entre ambos gobiernos.
En total, 366 venezolanos fueron repatriados a Venezuela desde Estados Unidos en tres vuelos en febrero. El 24 de ese mes llegó a Caracas otro vuelo con 242 repatriados procedente de México, incluyendo mujeres y niños, en virtud de un acuerdo con ese país.
Caracas / EFE