Al menos nueve personas murieron el jueves tras estallar una bomba en la entrada a una localidad en el norte de Siria controlada por fuerzas turcas y combatientes sirios aliados, según medios estatales turcos y rescatistas sirios.
La bomba en Afrin, colocada en un camión de combustible, provocó un incendio y causó daños considerables en la zona, indicó la agencia estatal turca Anadolu. Se conoció que 35 resultaron heridas en la explosión, que se produjo en una zona residencial, según el grupo sirio de rescatistas conocido como Cascos Blancos.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dio una cifra de 11 muertos y dijo que probablemente subiría, debido al grave estado de algunos heridos.
El ente indicó que la explosión se había producido cerca de un control de seguridad a la entrada de la ciudad, donde esperaban varios vehículos en fila.
Pugna por el control
Fuerzas turcas y sirias aliadas tomaron el control de Afrin el año pasado en una operación militar que expulsó a combatientes kurdos locales y desplazó a miles de residentes kurdos.
Ankara considera terroristas a las fuerzas kurdas que controlaban la ciudad. Desde entonces se han producido varios ataques contra objetivos turcos en la zona.
Turquía respalda a la oposición siria en la guerra contra el presidente, Bashar Assad, aunque colabora con Rusia para asegurar y vigilar las zonas de cese el fuego.
Las tropas turcas también han entrado en territorio sirio en los últimos años para combatir a milicianos kurdos y del grupo extremista Estado Islámico que operan cerca de la frontera. Las fuerzas de Ankara han establecido bases en la zona.
Ankara / AP
